domingo, 5 de abril de 2009

RAIMUNDO LANAS, SUS JOTAS, SU EUSKARA Y EL MILAGRO DE LA BOINA

Hace unas semanas estuve en el homenaje a Raimundo Lanas en el que se quiso destacar la relación de “El Ruiseñor Navarro” con Tafalla. Allí pudimos disfrutar de las jotas de las Hermanas Flamarique y Perico Margain, de la Escuela de Jotas, guitarristas, poetisas y las cercanas explicaciones del sobrino nieto de Raimundo, el concejal de Tafalla Santiago Lanas, todo ello llevado de la mano experimentada de Pedro Mari Flamarique, apasionado de nuestra cultura popular, al que tenemos que agradecer la idea del homenaje.

Pese al interés de todo lo que se expuso, noté la falta de algunos elementos en la biografía de nuestro gran paisano, y los voy a exponer aquí como complemento documental, a fin de que entre todas las aportaciones podamos tener una idea más aproximada de lo que fue la breve vida del jotero de Murillo el Fruto.

Raimundo el Republicano
Raimundo Lanas Muru, “El Ruiseñor Navarro” nació en Murillo el Fruto en 1908 y murió en 1939. Sus jotas nada tienen que ver con las de ronda anteriormente grabadas por “Los Pajes” de Tafalla. Creó y pulió jotas, y con sus extraordinarias facultades se convirtió en un personaje mítico, que en la actualidad da nombre a muchas calles navarras y certámenes joteros. Hoy día es un símbolo de Navarra, pero en sus biografías todavía se ocultan datos muy interesantes. Sobre todo la “biografía” que le hizo el famoso “padre Valeriano Ordóñez” es una manipulación que raya el esperpento.

Por ejemplo, muchos de los que le conocieron u oyeron hablar de él coinciden en que, a la llegada de la República, Raimundo Lanas era un republicano más, “de izquierdas”, lo cual es lógico si se tienen en cuenta otros datos: Lanas era de origen humilde, pastor y herrador, y tenía 23 años cuando llegó la República. Toda la gente humilde de su pueblo pertenecía al Centro Social de Socorros Mutuos, de donde salieron luego la UGT y los partidos republicanos. El Centro ganó en las elecciones de 1931, doblando en concejales a los monárquicos. Incluso al final de la República, el Frente Popular obtuvo en Murillo uno de los mejores resultados de todo Navarra. El ambiente general de sus paisanos, de su propia familia, de su clase social, de su juventud, estaba impregnado de la inicial alegría republicana. La gran mayoría de los joteros, rondallas y quintetos de la Zona Media y Ribera de Navarra “cojeaban del mismo pie izquierdo”. Su gran amistad con el escritor izquierdista Ezequiel Endériz, o con Ramón Bengaray, presidente del Frente Popular Navarro, jotero, solista del Orfeón Pamplonés y fusilado en 1936, es otra prueba del ambiente que rodeaba al popular jotero. La folklorista navarra Elena Leache ha recogido del periódico republicano Democracia, la noticia de la intervención de Raimundo Lanas en “la Sampedrada” de Pamplona, en la que cantó la jota:

Para que entendiese el hombre
lo que debe ser la gloria
hizo Dios del mismo cielo
la República Española.

Amén de estos datos, la cercanía de Lanas a los ambientes republicanos la confirman muchos testimonios directos. Es vox populi. Esto no está reñido en absoluto con lo que su esposa afirmaba de que “se llevaba bien con todo el mundo”, pero sí choca frontalmente con la imagen, distorsionada hasta la exageración, que del jotero pinta –y lo de pintar no es una metáfora, como veremos- su “biógrafo” Valeriano Ordóñez.

La jota “Y la luz que hay en tu cara”
Varios de los tafalleses que entrevisté, coincidían en que una de las veces que Raimundo vino a Tafalla, estuvo en la Casa del Pueblo, y propuso a los presentes que si alguien le hacía una buena jota, él la incluiría en su repertorio. Allí estaba el concejal socialista Cipriano Sola, alma del movimiento colectivista agrario de Tafalla. Hombre culto, ex – seminarista y jornalero pobre, fue uno de los precursores del compromiso cristiano con las izquierdas. “No es cierto que nuestro centro ataque a la religión católica –decía en un artículo- nuestra táctica es como la de Cristo, luchar contra la clase capitalista que nada produce y todo lo posee mientras que la clase proletaria todo lo produce y construye y nada posee”. Por decir estas cosas, Cipriano Sola sería fusilado poco tiempo después. Pues bien, dicen que en aquella ocasión Cipriano le escribió una jota, inspirada en una bella socialista llamada Margarita López Otazu, alias “La Jabonera”, por la cual el ex – seminarista debía sentir algo más que camaradería.

Por la sal que andando tiene
y la luz que hay en su cara
por querer como ella quiere
bien se ve que es de Tafalla
.

La jota –dicen- gustó tanto a Raimundo Lanas que la incorporó a su repertorio. Sin embargo en el homenaje citado, Santiago Lanas afirmó que esa jota la había dedicado a su prima María Angeles Lasa. Nunca habíamos escuchado tal cosa, y no puedo desmentir lo que dice Santiago. Pero de la misma manera, tampoco nadie puede desmentir la otra versión, con la que coincidían varias personas. Además, ¿ambos testimonios son contradictorios? La jota bien la pudo componer Cipriano Sola, como contaban los que le conocieron, y luego Raimundo cantarla o dedicarla a su prima o a cualquier otra moza. La letra, sin duda, se presta para ello y seguro que cientos de tafallesas se habrán dado, alguna vez, por aludidas.

Raimundo Lanas y el euskera
El Ruiseñor Navarro era un hombre con una concepción muy amplia de Navarra; para él la defensa de la jota como expresión popular se complementaba con la cultura vasca. Eso era normal en aquellos años anteriores a la guerra: no olvidemos que el propio Ayuntamiento republicano de Murillo el Fruto votó en cuantas ocasiones se planteó (y fueron tres) en favor del Estatuto de Autonomía Vasco o Vasconavarro, al igual que la mayoría de pueblos de la Merindad. Entonces no existían los prejuicios que nos inyectaron tras el franquismo.

Esto me lo confirmó personalmente su esposa Carmen Bravo, en una larga entrevista que le hice (y le grabé) en Madrid, hacia 1987. Carmen Bravo, gallega y amabilísima mujer, me aseguró que “Raimundo sabía mucho vasco”, lo cual, si bien puede ser un tanto exagerado, indica su actitud positiva hacia la lengua de los navarros. El mismo lo había reflejado en una jota:

Pamplona siete de julio
cantan los mozos y mozas
los de la Montaña en vasco
los de la Ribera en jota
.

Lanas no era de la montaña, pero también cantaba en vasco: en 1935 viajó a Mexico invitado por el Círculo Vasco-Español, para la festividad de San Ignacio. Allí, acompañado al piano por el tafallés Pantaleón Arzoz, cantó en euskera el Goizeko Izarra, dejando impresionados a los oyentes, en los cuales dejó un recuerdo imborrable. Pantaleón Arzoz, tafallés avecindado en la capitaz azteca, había nacido en Tafalla en 1869. En la avenida mexicana 5 de mayo tenía su empresa Otto y Arzoz, editores de música, en cuyo catálogo se ofertaba La Tafallesa, “Jota Navarra para piano sólo o canto y piano”, dedicada a los hijos de Tafalla. Arzoz le acompañó de nuevo al piano, en un homenaje al “Pelotari Vasco” celebrado en el frontón de Mexico. El Centro Vasco-Español estaba compuesto en su mayoría por navarros y entre ellos, además de Arzoz, sospechamos que podrían tener relación con Tafalla Manuel Erreguerena, Serafín Domínguez de Vidaurreta, Babil Pascual, Bernardo Espinal…

La amable viuda de Raimundo me cantó alguna estrofa del Goizeko Izarra, como me cantó el zortziko compuesto por él mismo, que viene a ser el testamento musical y patriótico del “Ruiseñor Navarro”. El zortziko acaba así:

Si un día en esta ausencia
Navarra mía muriera yo
quiero que a ti te llegue
de mi agonía mi último adiós
La jota y el zortziko
que son tus cantos de bendición
serán la despedida
que da a su vida mi corazón
.

Mi pregunta es: ¿por qué en las biografías no se destacan esa actitud abierta de Raimundo Lanas a la lengua y a todas las expresiones culturales y navarras del Ruiseñor Navarro? ¿Por qué cuando se le hacen homenajes o semblanzas, no se acompañan sus jotas con el Goizeko Izarra? ¿Por qué en su memoria no se canta la jota y el zortziko como él mismo solicitó? ¿Acaso no se engrandece así, aún más, la estatura humana, cultural y artística de este navarro?

El milagro de la boina
Si alguien lee la biografía que el padre Valeriano Ordóñez hace de Raimundo Lanas (véase en Internet raimundolanas.com) verá que hasta cuatro veces habla del atuendo del jotero en sus actuaciones: “Las alpargatas blancas con cintas rojas, la camisa blanca, un pañuelo encarnado al cuello en forma de bandolera y una boina roja de amplio vuelo colocada con cierto aire de orgullo…Esta es la indumentaria que a los escenarios saca Raimundo Lanas, el navarro más cantador de jotas y el cantador de jotas más navarro”. Y para demostrarlo muestra la fotografía más famosa de Raimundo, tocado con ese atuendo de blancos y rojos chillones.

Sin embargo, si uno se pone a pensar, se dará cuenta que en la Navarra de aquellos años de la República nadie llevaba boina roja, y que éstas sólo aparecieron en las cabezas de los requetés a partir del alzamiento militar. Mucho más difícil es creer que en el Madrid republicano, en plena guerra civil, saliera Lanas a los escenarios con ese tocado, como insistentemente dice Valeriano Ordóñez. ¡Un navarro con boina de requeté, cantando en los escenarios del Madrid republicano sitiado por los requetés! Eso sería todavía más prodigioso que la extraordinaria voz del jotero. Y por último, resulta un tanto raro una foto a colores en aquellos años….

Yo todavía no me había hecho ninguna de estas preguntas, pero me enteré de la historia por casualidad. Seguía conversando con la encantadora Carmen Bravo en su casa de Madrid, y repasando viejos papeles, salió la famosa fotografía de la boina roja. Sin preguntarle nada, la viuda me soltó de pronto:

¿Ves? Esto se empeñó Valeriano Ordóñez y yo nunca estuve de acuerdo: La foto original era con una boina azul oscuro, que es como Raimundo salía siempre a los escenarios. Pero Ordóñez la pintó de rojo y así se ha quedado….

Es curioso que el retrato que en 1935 le hizo el artista Darro coincide con lo que dijo Carmen: los rasgos del pañuelo son rojos, y los de la txapela son azul oscuro. Todavía vivía el padre Ordóñez cuando publiqué en varios lugares lo que me había contado Carmen Bravo, algo por otra parte irrebatible, ya que vivía la viuda y cualquiera se lo podía preguntar. Sin embargo, Ordóñez no se corrigió y el bueno de Raimundo Lanas se quedó para siempre con su boina roja (tampoco pasa nada pues es tan navarra como la otra) y, lo que es peor, con una biografía manipulada, jotas inventadas y mentiras manifiestas. El milagro de la boina es sólo lo más ilustrativo.

Ignoro si alguna vez Raimundo Lanas llegó a cantar esta jota con la que termino. Espero haber contribuido a mejorar la fama y a completar la semblanza de nuestro paisano.

Este mundo es una bola
que no cesa de rodar
nadie tiene mejor fama
que la que le quieren dar

Agradezco a la viuda Carmen Bravo y a su familia, a Elena Leache y a Santiago Lanas por su datos y biografías. Y a Cipriano Sola y Margarita López Otazu, in memoriam.
Jose Mari Esparza (La Voz de la Merindad)

1 comentario:

desolvidar dijo...

"Entonces no existían los prejuicios que nos inyectaron tras el franquismo". Será durante, ¿no?Hermoso lapsus, amigo Josemari. Porque, tras el franquismo, quien más odio a lo vasco ha inoculado en Navarra, además de ETA, han sido personajillos que, gracias a la democracia española que les permite ser ciudadanos españoles, con los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro español, se inventan 100 razones expuestas en el idioma de Cervantes para dejar de serlo.
Por lo demás, te pego esto sobre el Goizeko izarra, para que veas lo vasco que es:
"Inmediatamente se enfrentaron con el problema de la inexistencia de repertorio apropiado, especialmente en euskera. Los directores adoptaron la táctica de acoplar texto euskérico a partituras extranjeras. Algunas de ellas han llegado a ser consideradas, como parte de nuestro folklore. Caso típico de cuanto decimos lo constituye Goizeko izarra, cuya melodía fue escrita por el compositor francés F. Masini con el título de Le départ".
De paso te invito a que te des una vuelta por una página curiosa:
http://patximendiburu.blogspot.com/2009/01/en-el-caso-del-guipuzcoano-iparraguirre.html
Agur bero bat