martes, 28 de septiembre de 2010

UN RESPETO PARA LAS CIMAS DE NUESTROS MONTES

Las cimas de los montes de nuestra comunidad están plagadas de buzones de todo tipo, diseño y condición, colocados sin ningún criterio por diferentes clubs de montaña y también por particulares. Los hay variadísimos, algunos con figuras como esputniks, otros semejando caseríos, etc. y recuerdo hasta un camión que colocaron los trabajadores de una empresa. La mayoría de ellos eso si, de bastante mal gusto.
Junto con los buzones, las cimas de nuestros montes se adornan de símbolos religiosos, siempre de signo cristiano, tales como cruces, imágenes de vírgenes, santos, etc. Esta costumbre viene de lejos, dado nuestro pasado de nacional-catolicismo.
Ambas manifestaciones, tanto los buzones como el resto de imaginería religiosa no deberían tener cabida hoy en día. Inicialmente la función de los buzones servía para acreditar la ascensión del montañero en determinada fecha a ese monte. Esto en un momento que todo mendizale pretendía lograr y justificar las 100 ascensiones. Ahora ya no tiene ningún sentido.
Tampoco tiene sentido los iconos religiosos, ya que con la aprobación de la constitución del 78 donde el estado se declaraba aconfesional, este tipo de manifestaciones pertenecen al ámbito privado. Además, dentro del mundo montañero y lo mismo que en el resto de la sociedad, existen creyentes cristianos, islamistas, testigos de Jehová, agnósticos, ateos, etc. Por tanto lo justo y democrático sería no favorecer a ninguna de las creencias.
Por otra parte, toda esa “imaginería” que adornan nuestros montes, degradan el medio ambiente y al paisaje. Comparto plenamente lo que escribía recientemente un montañero en un medio local: “Me gusta la montaña y reivindico el derecho a encontrarme una vez que he llegado a la cumbre, con el único regalo de una hermosa vista. Es desalentador llegar a ella y tener que soportar otra vez los ecos uniformadores propagandísticos y evangelizadores que tenemos que soportar ahí abajo en el valle. Dejadnos un rincón libre y salvaje al menos, por favor”.
El Gobierno de Navarra debería prohibir por ley el que se instalen en las cumbres de nuestros montes esculturas religiosas, buzones y otros artefactos de dudoso gusto. Por el contrario es de agradecer al llegar a las cumbres el poder comprobar el nombre del monte y su altitud.
Muchos aficionados a la montaña lamentamos y rechazamos la colocación de una estatua en el emblemático monte de la Mesa de los Tres Reyes, por parte de los clubes Anaitasuna y Deportivo Navarra. Creo que han obrado como si ese monte emblemático fuera de su propiedad y sin por supuesto, ningún respeto al resto de la familia montañera. Harían bien retirándola.
Elena L. M (Iruñea)

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