lunes, 22 de noviembre de 2010

OLEADA DE DETENCIONES Y EXPULSIONES DE ACTIVISTAS ANTI-OTAN EN PORTUGAL

Al menos 180 personas han sido ya repatriadas y 16 detenidas en la frontera. Mientras tanto los activistas que están en la ciudad llevan a cabo las conferencias alternativas y las acciones pacíficas de protesta. Hasta el momento se cuentan 42 detenidos y abundan las irregularidades en la gestión policial.

El gobierno portugués está deportando o impidiendo el acceso a todas aquellas personas que porten cualquier documento relacionado con la OTAN, la guerra de Afganistán o la misma contra-cumbre. Esta actuación viene justificada por por la supresión temporal de la ley Shengen que ha aplicado el gobierno portugués impidiendo la libre entrada de personas de la Unión en el país. La policía está utilizando archivos ilegales para identificar a potenciales activistas con base en identificaciones ocurridas en protestas anteriores fuera de Portugal. En algunos casos están preguntando por su ideología política a los visitantes y registrando sus pertenencias, tal y como afirman algunos de los afectados.

Cinco estudiantes madrileños fueron repatriados el jueves cuando llegaban al aeropuerto de Lisboa después de ser retenidos durante 3 horas. Antes de embarcarles en el avión de vuelta a Madrid les sugirieron firmar un documento en el que se les consideraba “un peligro para la seguridad nacional”. El parlamentario del partido laborista británico Jeremy Corbin fue repatriado el viernes cuando trataba de entrar en Lisboa para participar en las ponencias de la contra-cumbre.

Un autobús de la organización "fin" en el que viajaban de 31 finlandeses. También se le ha impedido la entrada a Lucas Wirl, catedrático de derecho alemán que iba a ejercer como moderador de las conferencias organizadas para la contra-cumbre. Cuando se escriben estas líneas son ya 181 personas repatriadas y 16 detenidas como consecuencia de la aplicación de esta suspensión

El fantasma mediático

Durante semanas los medios portugueses han estado hablando de la posibilidad de que se produjeran disturbios durante el transcurso de la cumbre señalando siempre al bloque negro como la principal amenaza para la seguridad del país durante estos días. Los vecinos de la ciudad se han impregnado de este miedo, llegando a naturalizar las medidas excepcionales implantadas. Medidas que se traducen por el momento en más de 5 millones de euros sólo en material antidisturbios sin tener en cuenta el gasto realizado durante los días de la cumbre. Esta medida tiene lugar en tiempos de recortes económicos por los que se protestará en las calles el 24 de noviembre, día en el que está convocada una huelga general contra la política de austeridad puesta en marcha por el PSD y que se espera que tenga un fuerte seguimiento.

No obstante, hasta la fecha no se han cumplido los pronósticos del gobierno portugués y solamente se han llevado a cabo acciones pacíficas organizadas por los activistas internacionales que han conseguido acceder a la ciudad. Según Xeca, miembro de la Plataforma contra la Guerra y la Otan, que es colectivo organizador de las conferencias de la contra-cumbre, “la expectativa alimentada en torno a la violencia por los medios de comunicación las últimas semanas se ha visto anulada en tanto que la ciudadanía ha percibido la naturaleza pacífica de las acciones que se han venido desarrollando”. Hasta el momento se han registrado 150 personas para asisitir a las conferencias.

Los organizadores de la contra-cumbre buscan, según afirma este activista, “plantear unas dinámicas de trabajo opuestas a las que se están desarrollando en el Parque de las Naciones”. “Mientras los presidentes están diseñando la guerra del Siglo XXI, nosotros intentamos proyectar estrategias para que los pueblos puedan vivir en paz”, enfatizó el activista. En el Liceo Luis Camões, lugar donde se celebran las conferencias de la contra-cumbre, también ha tenido lugar una rueda de prensa ante medios de todo el mundo “en la que se han denunciado públicamente las medidas excesivas e inusitadas que está llevando a cabo el gobierno portugués”.

Bloqueo y detenidos

El programa de la contra-cumbre se basa en conferencias de diferentes intelectuales antimilitaristas, talleres y las acciones de desobediencia civil no violentas que son organizadas autónomamente por los activistas. El jueves tuvo lugar un fashmob en la céntrica plaza de Rossio para recordar a los civiles muertos en Afganistán en la que se notó una fuerte presencia policial. El viernes se llevó a cabo una concentración en solidaridad con los activistas repatriados además de diferentes pequeñas acciones como el descuelgue de una pancarta en la sede de Siemens, empresa patrocinadora de la cumbre.

El sábado ha tenido lugar la acción central de desobediencia civil organizada por activistas internacionales que ha consistido en un bloqueo en una avenida próxima al Parque de las Naciones en la que han resultado detenidas 42 personas. Algunos activistas se encadenaron y otros han permanecido en el suelo pintados con tinta roja simulando civiles muertos. La policía actuó de forma agresiva contra los manifestantes y cortó los accesos a la zona con un importante despliegue. Según el abogado de los activistas “no se les ha permitido comunicarse con el abogado una vez detenidos, y esto constituye un procedimiento ilegal”, La semana de movilización concluirá con la manifestación del sábado por la tarde, convocada por los principales partidos y sindicatos de la izquierda portuguesa.

Medidas sin precedentes

Las medidas que ha tomado el gobierno portugués nunca se habían ensayado en ningún evento similar. La suspensión de la Ley Shengen , la repatriación por posesión de propaganda o el acceso a información policial no constituyente de denuncia comprenden un grado de restricción de derechos que parece excesivo. Así lo están reflejando los medios de comunicación portugueses en las últimas horas tras comprobar que la amenaza pronosticada no exisitía realmente.

En esta cumbre de la OTAN, que se celebra en Lisboa los días 19 y 20 de Noviembre, más de 50 jefes de estado discutirán entre otros asuntos la apertura de este organismo a otros países para convertirlo en una alianza militar mundial. También tratarán sobre la inclusión de la seguridad energética como uno de los objetivos de la alianza, así como la posibilidad de utilizar sus recursos militares para sofocar levantamientos populares o para impedir la entrada de refugiados, normalmente en territorio europeo. Parece que en Lisboa han empezado a experimentar.

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