viernes, 7 de enero de 2011

ERRIBERRI RECUPERA SU PIEDRA FUNDACIONAL

El hallazgo se debe a Juan Ciriza, agricultor de Sansomain, un pueblo de Orbaibar a 15 kilómetros de Erriberri. Él encontró, en una pared, una piedra escrita. No supo qué significaba hasta hace unos meses, pero aun así, la guardó. Buena parte de la inscripción se conserva bien, «(...)eologite (...)eon per (...)uhintilanem Regem», seguida de lo que parece ser una alfa y una omega. La traducción, revisada por miembros del Museo Arqueológico del Estado español, viene a significar en castellano «Olite (...) por el rey Suintila».

El texto lleva directamente a una de las épocas más oscuras de la historia de Euskal Herria, doscientos años después de la caída de Roma, un periodo sobre el que apenas hay documentación escrita. Hace referencia al amurallamiento de la ciudad de Theologite u Oligitum a manos del rey visigodo Suintila, tras una campaña victoriosa contra los vascones, quienes, al parecer, solían lanzar incursiones contra los restos de lo que había sido la provincia romana tarraconense. Resulta, por tanto, un hallazgo extraordinario, porque los visigodos apenas dejaron señales de su presencia para la arqueología. En toda Euskal Herria no existe un descubrimiento similar.

Suintila fue un gran caudillo militar, pues logró expulsar de la península a los últimos bizantinos, algo que a la postre le convertiría en rey. Pomposamente, se atribuyó el título de domador de los vascones, pero resulta muy dudoso que hubiera doblegado a toda la Vasconia. Lo cierto es que su reinado duró muy poco, unos diez años (621-631). Suintila acabaría siendo excomulgado y se le confiscaron todos sus bienes. Murió en 634. Los siguientes reyes heredarían ese título de «domuit vascones», lo que hace dudar de su veracidad, pues lo que en realidad implica es que todos ellos guerrearon con los vascones. Además, el hecho de que el poder visigodo no se extendiese al otro lado del Pirineo vasco, hace del todo improbable que hubieran doblegado al Ducado de Vasconia.

Polémica entre historiadores

El descubrimiento de la piedra de Sansomain promete ser polémico. Sobre ella chocarán dos corrientes de historiadores: los españolistas y los que mantienen una versión más nacionalista. Suintila es un rey adorado por los historiadores españolistas, quienes lo consideran el gran unificador de la Hispania visigoda, aquello que se reconquistó a los árabes unos siglos después. Por contra, los nacionalistas consideran que esa visión borra del mapa la existencia del Ducado de Vasconia y critican que los españolistas jamás han sido capaces de mirar más allá del Pirineo, donde los vascones habían erigido un estado sobre las ruinas de la provincia romana de Novempopulania.

En el fondo, lo único que confirma la piedra que se presenta hoy, es que Suintila amuralló y fundó Olite, probablemente sobre alguna fortificación (oppidum) romana. Por tanto, el rey visigodo reforzó las defensas contra el enemigo vascón. Pero, ¿quiénes eran los vascones? Tomás Urzainki es uno de los historiadores navarros que más ha ahondado en este periodo tan oscuro de la historia. «Lo primero que hemos de desterrar es la idea de tribus vasconas. Los vascos en aquella época estaban más civilizados que los propios visigodos, simplemente porque aquí la romanización había sido mucho más profunda». Urzainki apunta que el contacto entre vascos y romanos se había producido durante ocho siglos, mientras que los visigodos habían conocido la civilización romana hacía tan solo dos, cuando invadieron el imperio.

Además, el historiador sostiene que para hacer frente a los visigodos no valían escaramuzas de tribus, sino que había que confrontar con un ejército fuerte, organizado y bien armado. En este sentido, liga la piedra de Sansomain con los restos de armas encontrados en el yacimiento de Buzaga, en la Cuenca de Iruñerria, donde se han hallado restos de las armas que empleaban los vascones para sus guerras en aquella época: azkonas o puntas de lanza, espadas, cuchillos y puñales. Urzainki asegura que se trata de armas de buena factura, tanto en la técnica de forja como en los materiales que se emplean. Estos yacimientos de Elortz, confirmarían, además, la etnia vascona de quienes poblaban Iruñerria, dado que en los enterramientos visigodos nunca se encuentran armas.

Asimismo, el grado de civilización o romanización de los vascones de los Años Oscuros se aprecia en el desarrollo urbano, en «De Laude Pampilona», donde se describe a la capital navarra como una ciudad amurallada con 67 torres y de grandes proporciones, parte de cuyos restos se encontraron debajo de la Plaza del Castillo, pero fueron nuevamente tapados por el ayuntamiento de Iruñea, ferviente defensor, por otra parte, de la teoría españolista, que niega la presencia vascona y señala que, durante aquella época todos los habitantes de Nafarroa también eran visigodos o francos. Sin embargo, el único vestigio indubitadamente visigodo hallado en Euskal Herria es la propia piedra que será desvelada hoy en la casa de cultura de Erriberri a las 20.00 horas.

Otro de los datos que apoya la tesis de Uzainki de que las murallas de Theologite no se construyeron para guerrear contra unos bárbaros, sino contra un potente ejército organizado, ocurriría 20 años después de la caída del propio Suintila, pasada la mitad del siglo VII, cuando los vascones pusieron cerco a Zaragoza, gesta impropia de unos meros saqueadores desorganizados.

Queda entonces en el aire saber cuánto tiempo duró en manos de los visigodos la ciudad de Erriberri, su Theologite. En realidad, en esa localidad se han hallado restos de distintas épocas históricas, ya que la zona ha estado poblada desde el Paleolítico superior y hay constancia de ruinas romanas dentro de los muros de la ciudad. La primera referencia histórica, sin embargo, sí que procede de la etapa visigoda. El autor es el religioso Isidoro de Sevilla y hace referencia, precisamente, a la fundación de la ciudad a manos de Suintila, quien habría obligado a los vascones a construirla para él, tras conseguir una rendición que él adorna como fuente interesada. De resultar veraz el testimonio de Isidoro, la piedra podría ser la piedra fundacional de la ciudad, o con más precisión, fue utilizada durante la refundación de la ciudad después de la incursión del rey visigodo.

El Theologite de Suintila dista mucho del Erriberri actual. Pasarían más de 400 años antes de que el Rey García Ramírez otorgara los fueros a Erriberri, en 1140, lo que al parecer produjo una enorme expansión de la ciudad. Sin embargo, el emblema de la ciudad, el palacio de los Reyes de Nafarroa, comenzaría a erigirse ya en el siglo XV por encargo de Carlos III el Noble, el rey que le otorgaría la cabeza de la Merindad.

¿Y ahora, a quién pertenece?

Eduardo Baiona es miembro de Astrolabio. Se trata de una asociación sin ánimo de lucro que se dedica a investigar el patrimonio de los pueblos de Nafarroa, centrada en el arte románico y compuesta en su mayoría por aficionados. Él es quien redescubre la piedra que había decidido conservar Juan Ciriza. Baiona se puso en contacto con un amigo suyo, el profesor de instituto Javier Vélaz que tradujo del latín la inscripción. Esta interpretación fue verificada posteriormente por miembros del Museo Arqueológico del Estado español, que aseguraron que la versión de Vélaz era «perfecta». Poco después, la Asociación Astrolabio se puso en contacto con el ayuntamiento de Erriberri y con los dueños del pueblo de Sansomain. Todos entendieron que la piedra pertenecía al pueblo de Erriberri y, en consecuencia, se la entregaron al Ayuntamiento.

No obstante, esta forma de actuar con tanta naturalidad, ha generado un pequeño conflicto de competencias. La institución Príncipe de Viana ha reclamado la piedra al Ayuntamiento, asegurando que la piedra es suya y que, en todo caso, puede ser cedida a Erriberri en calidad de préstamo. Además, Príncipe de Viana ha puesto como condición para el préstamo que se realice una póliza o seguro por la misma. Asimismo, la institución se arroga el derecho de decidir cómo ha de conservarse la piedra que hasta ahora ha permanecido en un corral. Por el momento, el ayuntamiento de Erriberri no ha contestado a estas pretensiones de la entidad dependiente de la consejería de Cultura de Nafarroa. También es posible que sea reclamada por el Estado español.

Por otra parte, no se ha hecho público todavía cuál será el emplazamiento definitivo que se elegirá para colocar la piedra de Suintila en Erriberri. Durante un tiempo permanecerá en las galerías medievales de la plaza. No obstante, sí que ha trascendido que el Ayuntamiento se opone rotundamente en instalarla en propiedades que posee la Iglesia en Erriberri, por temor a un apropiamiento indebido.

Aritz Intxusta, en GARA

No hay comentarios: