sábado, 5 de febrero de 2011

LA VIDA DEL PADRE JOSÉ GOYENA EN CHILE

Este año celebrar un gol de la Peña en el San Francisco tiene un valor mayúsculo. Celebrarlo a 12.000 km de distancia con otro peñista, resultó realmente sensacional. La Peña ganaba 3 a 1 al Guijuelo y el colegio de los RR PP Escolapios de Santiago de Chile celebró la merecida fiesta.

Pocos hijos de nuestra Tafalla pueden alardear de ser tan queridos y respetados en la ciudad que un día les acogió. El padre José Goyena Saralegui es uno de esos pocos. Con 86 años (voy a por los 87, me dice), procesa un amor a su pueblo, su tierra y sus gentes.

José, cuéntanos tus primeros años, ¿cómo fueron en Tafalla?
Nací el 9 de agosto de 1924 en el corralón de los P.Escolapios en la misma pared del Colegio, por lo que he estado toda la vida relacionado con este mundo religioso.
Fui el menor de los cuatro hijos. Mis hermanos fueron Patxi, el mayor, escolapio como yo que falleció hace ya unos años tras toda la vida dedicada al colegio en Bilbao y fue capellán del Athletic. Yo soy de la Peña y de Osasuna, que quede claro.
Luego estaba Tomás, que trabajó en el Hispano y falleció hace poco en Irún; después venía Margarita, casada con Zudaire el pintor y fallecida hace unos años; y el último yo, el más pequeño.
En Tafalla eran años de mucha necesidad. Mi hermano Patxi ya se había marchado para escolapio y en casa teníamos los problemas de todas las casas de trabajadores. De niños, eran los juegos con los Esparza, Angel y Jesús, y sus primos los Marquina, que vivían también en el corralón. Recuerdo que le quitábamos las pinzas a la mamá y las tirábamos desde el Restañal, en la cuesta que hoy es la calle Arturo Monzón. Como barquitos bajaban por la acequia hasta llegar enfrente del corralón que era la meta.
A los años fuimos a vivir junto a las Ruedas, a la casa en la que vivió mi hermana con Zudaire. La gente lo conocerá porque allí tuvo mi cuñado y sobrino el taller de pintura.

¿Cómo ingresas en los escolapios?
Mi hermano Patxi ya era sacerdote escolapio, lo que sin duda ayudó a que yo entrara. Así que con 12 años fui a estudiar al colegio de Tolosa, luego a Orendain y después fuimos al colegio de Albelda de Iregua, junto a Logroño. Aquí a los estudiantes nos llamaban los del "cascajo" porque al estar haciendo dos frontones los estudiantes llevábamos el cascajo del río. Más tarde vino Bilbao, donde coincidí con mi hermano Patxi (allí jugábamos a baloncesto, deporte que en Tafalla no se conocía) y tomé los hábitos de subdiácono. Finalmente viajé a Vitoria donde me ordené sacerdote a los 23 años, en 1947.

José, has cumplido 62 añosen América del Sur, toda una vida.
Pues sí, y larga de verdad. En 1947 y tras un breve período en Vitoria y Tafalla, el 10 de febrero de 1948 llegué a Santiago de Chile. Fueron 21 días de navegación. Salimos del puerto de Barcelona y el barco hizo paradas en Málaga, Cádiz, Lisboa, Isla de la Sal, Río de Janeiro, Santos y Buenos Aires.
En el barco venía una amiga tafallesa, Emilia Andión, que viajaba a Rosario, lugar donde estuvo muchos años. Las familias eran amigas y allí estábamos representando a Tafalla ella y yo. El viaje tuvo de todo, anécdotas, mareos, fiestas como la que hicimos al pasar el ecuador, pues pasábamos del invierno del norte al verano austral en un periquete. El capitán del barco, que había estudiado en Escolapios, se enteró de mi presencia y se empeñó en que diera una bienvenida en la fiesta. Yo entonces era tímido y me oponía. Emilia me convenció y les dije cuatro palabras. Emilia hasta cantó una jota, creo, ¡qué temple tenía esta mujer, Dios mío!
Al llegar a Santiago me encontré con las obras del nuevo colegio -la casa actual-. Primero di clases en el Hispano Americano en donde estaban otros dos escolapios tafalleses, los padres González y Rández. En 1950 se inauguró el nuevo colegio de la calle Montenegro en la comuna de Ñuñúa, edificio que comprende una cuadra entera de la orden religiosa con la casa sacerdotal, colegio, campos de deportes e iglesia.
Unos años más tarde fui enviado a Brasil, a la ciudad de Bello Horizonte en donde también estaba el tafallés Rández que falleció al poco tiempo.
Esa fue la única salida de Chile ya que a los siete años me mandaron de nuevo a Santiago y desde entonces estoy aquí.

¿Cómo han pasado estos años?
Mira, casi rápidos. Miro hacia atrás y veo muchas caras conocidas, muchos amigos, muchos momentos felices.
La marcha de mis padres y hermanos siempre me hizo sentirme mal, sobre todo cuando yo estaba tan lejos. Mi trabajo estuvo en el colegio, los deportes y por supuesto la Iglesia.
El que quiere esta vida tiene que dedicarse a ella; al final eres feliz y yo lo soy.
Fui profesor en el Hispano Americano, en el Calasanz, 30 años llevo de capellán en la colectividad española, rector de los colegios varios años.
En deportes, en el Hispano, siempre quise ganar. Ahora dicen que hay que participar y se conforman. En mis años de profesor había que ganar. Los chicos tenían carácter, peleaban cada pelota, cada acción. Hoy no. Fíjate que ahora, al final de curso estamos eliminados de casi todas las modalidades. ¡Lo que hay que aguantar!

Cuántos alumnos, cuántos amigos.......
Cientos y cientos, qué se yo, tantos y tantos.
Ahora mismo, el embajador de Chile en España, Sergio Romero fue alumno nuestro. Clemente Iriarte que jugó en Osasuna y fue un gran futbolista estudió en nuestras aulas, el que fuera gran arquero Honorino Bernal, Félix Landa, José Luis Sierra, actual entrenador de la Unión Española. ¡Hay tantos y tantos!

¿Qué haces cualquier día, José?
¡Bueno! No paro. Me levanto a las 6 de la mañana. A las 7 tenemos la misa, luego viene el desayuno, leer los diarios y por la mañana me dedico a mi otra gran vocación, la filatelia. Tengo más de 50.000 sellos de todo el mundo. Intercambio con gente amiga, contactos de Chile y extranjero. Es una verdadera pasión.
Al mediodía, tras el almuerzo, hago una pequeña siesta y ya después atiendo a gente amiga. Unos quieren que les bautice al nieto, otros que case a sus hijos, preparar celebraciones y aniversarios de exalumnos. No paro, la verdad, y eso me da ánimos todos los días.
Hoy mismo he estado en el Colegio Español, era el día de Valencia, y como capellán hemos acudido a la celebración, luego el almuerzo, la sobremesa, etc.
Me siento my querido y respetado. La gente se porta conmigo muy bien y así cada día es especial para mí.

CONDECORACIONES Y HOMENAJES
El padre Goyena, el "curita" de tantos y tantos chilenos, guarda en su habitación, con vistas al patio arbolado, un buen número de recuerdos, condecoraciones y homenajes.
Entre ellos destacamos la Cruz de Isabel la Católica, Diploma de Honor de la Embajada española en Chile, Diploma de Honor de las Instituciones españolas en Chile, Diploma de Honor del Rey de España, Diploma de Honor de Exalumnos, Diploma de Honor del Gobierno de Navarra, Diploma de los Bomberos Voluntarios, foto y recuerdo del M.I. Ayuntamiento de Tafalla en sus 60 años de sacerdocio, y un sinfín de condecoraciones.
Todas ellas las guarda junto a la más querida y venerada, la imagen de la morenica y galana, la Virgen de Ujué, la que mima en su rincón preferido.
José ha conocido a los Reyes de España, los Príncipes, Felipe González, Miguel Sanz, y a embajadores, alcaldes, gente de la vida social, del deporte.

TODA UNA VIDA
Y así dejamos a José Goyena, con sus recuerdos y sus actividades. El año próximo quiere celebrar sus 87 años en Tafalla, ya que le toca viajar cada dos años.

"Voy contento, tengo a mis sobrinos, a sus hijos y a sus nietos. Me siento muy querido en mi pueblo aunque ya apenas conozco a nadie. Hace poco se fue mi gran amigo Juanito Ibarrola, ¡qué jugadorazo era de la Peña, junto a Cortijo, Muez, Holo, Amalio, Gárate, Echarri....! Aquello era equipo. Desde siempre sigo a la Peña, es como estar cerca de Tafalla. Veo que en esta categoría andamos flojos, pero claro, jugar con el Oviedo, Alavés....Sigo también a Osasuna, aquí ya ves, tenemos nuestras disputas, hay de Osasuna, del Athletic, del Zaragoza. Cada cual defiende lo suyo y yo soy muy tafallés y muy navarro, muy navarro.
Quiero aprovechar las págidas de Merindad para mandar un saludo a toda Tafalla y especialmente a mi familia. Y como recién ha pasado la Navidad, felicitar el año a todos".

En Montenegro 691, en un hermoso colegio, rodeado de compañeros, alumnos que gritaban sin parar y gorriones que entonaban no sé qué himno (¿sería el "Cantar oh puros niños"?) dejamos a José Goyena, con su vida, recuerdos y presente lleno de vida.

Todo un placer charlar con este tafallés a más de 12.000 km de nuestra querida Tafalla.

Gracias, amigo, hasta siempre.

José Luis Lizarbe, en La Voz de la Merindad

1 comentario:

MB dijo...

El R.P. José Goyena, educador de muchas generaciones de jóvenes chilenos, falleció en Santiago de Chile el 27 de septiembre de 2012. Su recuerdo segirá viviendo en todos ellos.