jueves, 19 de mayo de 2011

DE TAFALLA AL CABO NORTE SOBRE DOS RUEDAS

Ion Artuzamunoa Basurto se subió a su moto, una Suzuki V-Strom, el pasado viernes en Tafalla. Ayer, cuatro días después, con la misma moto llegó a Finlandia, tras haber pasado por Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Dinamarca y Suecia.

Ha atravesado todos estos países para llegar a Noruega, en concreto el Cabo Norte, el destino que se marcó al salir de la ciudad del Cidacos. Natural de Hernani pero vecino de Tafalla desde hace 11 años, Artuzamunoa está cruzando todos estos países con la única compañía de su moto.

"Siempre me han gustado las latitudes altas, la naturaleza, el frío y la nieve. Un día, en una revista, leí que un italiano había hecho en moto, una más pequeña que la mía, este viaje hasta Cabo Norte y se me despertó el interés. Empecé a informarme por revistas e Internet. Se lo comenté a mi mujer, a ver qué le parecía. En un principio, me planteé hacerlo dentro de tres o cuatro años pero, finalmente, lo he hecho un año después", relata mientras descansa en una cabaña de madera en el cámping de Skelleftea (Suecia).

Si ningún imprevisto lo impide, hoy llegará a Cabo Norte, seis días después de haber partido desde Tafalla. Cuando regrese a su casa, previsiblemente el día 26 de mayo, habrá recorrido unos 11.500 kilómetros. La vuelta, sin embargo, se prolongará durante diez días.

"Lo que realmente he venido a ver es Noruega por eso allí quiero tener más tiempo. Hasta ahora he disfrutado mucho del paisaje pero no apenas paraba, iba todo el rato conduciendo. Cuando llegue a Noruega sí que quiero aprovechar y ver más sitios", explica. "Además, las carreteras allí no son tan buenas lo que me obligará a ir más despacio y hacer menos kilómetros diario", señala Artuzamunoa, quien está haciendo el viaje sin GPS. "No me apetecía estar pendiente de una máquina, lo hago a la antigua usanza, con los mapas y la ruta apuntada en un cuaderno. Así, se vive de otra manera", asegura.

Pese a viajar solo, este ingeniero, casado y con una hija y músico de La Tafallesa, asegura sentirse feliz. "Este no es un viaje para hacer turismo. He venido para disfrutar andando sobre dos ruedas y viendo todo desde la moto. Siempre he sido una persona muy aventurera necesitaba vivir una experiencia así desde hace tiempo. Los paisajes que estoy viendo son impresionantes y cuando vuelva a casa me espera una buena tarea con las fotos", dice. Además, para no sentirse tan solo, utiliza la red social twitter, a través de la cual va contando dónde está y cómo está yendo el viaje. "Es una forma de que mi familia sepa que estoy bien y que no se preocupen a y mi también me sirve para seguir conectado" con el mundo", añade.

A pesar de los kilómetros recorridos (el martes por la noche el cuentakilómetros de su moto marcaba 3.650), asegura no sentirse cansado. Por el tipo de viaje, apenas ha podido relacionarse con la gente pero asegura que más de uno cuando ven su matrícula y le preguntan cuándo salió de España "se quedan alucinados". "Lo poco que me toca tratar con la gente lo hago en inglés. No lo domino pero cuando estudiaba se me daba bien y aún lo recuerdo. El otro día (por el lunes), hasta mantuve una conversación con un hombre en la gasolinera", relata.

Como la mayor parte del tiempo la pasa sobre la moto (algunos días hasta 13 horas) asegura que no ha tenido tiempo de vivir anécdotas o situaciones curiosas. Sin embargo, añade, una de las cosas que más le han llamado la atención, ya en tierras finesas, ha sido la presencia de señales que advierten de la presencia de renos. "Debo tener cuidado porque me puedo encontrar manadas", concluye.

Diario de Navarra

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