sábado, 17 de septiembre de 2011

NAVARRA COMO SUJETO Y NO COMO OBJETO

Cuando el 1 de septiembre Zabaltzen celebró su asamblea constituyente, aprobó una breve declaración política con cuatro puntos fundamentales mediante los cuales quería expresar por qué, para qué y cómo nacía esta asociación que reúne y organiza a algunos de los independientes de NaBai. El primero de esos cuatro puntos -Navarra como sujeto y no como objeto- reafirmaba la vocación de Zabaltzen de continuar un trabajo ya iniciado por NaBai a la hora de trabajar por, para y desde Navarra, desde la especificidad y, al mismo tiempo, desde el pluralismo propios de Navarra.

Pero, ¿qué significan y qué suponen esas palabras? Es importante explicarlo porque en la actual coyuntura son precisamente la clave y el elemento diferenciador de Zabaltzen y NaBai frente al resto de fuerzas políticas.

"Navarra como sujeto" es una afirmación rotunda de democracia. Significa reivindicar el derecho de la ciudadanía navarra a expresar su opinión y a que ésta sea respetada. Significa olvidarnos de todo tipo de apriorismos y esencialismos en los que uno u otro creen saber qué es Navarra y cuál es el camino que Navarra debe seguir, sencillamente porque nosotros penamos que los futuros posibles son muchos y variados, no uno único que nos viene dado por lo que fuimos -o no- en el pasado. Solo desde la aceptación de la pluralidad de Navarra, de sus varias identidades, se puede pensar en Navarra como sujeto.

Para el nacionalismo del todo o nada, del conmigo o contra mí, sea del signo que sea (español o vasco), Navarra es poco más que un símbolo, una pieza del puzzle sin la cual la imagen no puede estar completa. Los nacionalismos excluyentes han hecho mucho daño a la Navarra real porque la han tratado como objeto, como ofrenda a causas que se creían superiores, y no como el verdadero sujeto de decisión que es y debe seguir siendo.

Sigue habiendo personas convencidas de que las naciones son sujetos históricos con vida propia al margen de lo que piensen sus ciudadanos. Sigue habiendo quien cree que uno es vasco o español porque sí, de la misma manera que se es rubio o moreno: uno podrá teñirse y camuflarse, pero seguirá siendo lo que es por naturaleza y nada podrá hacer para cambiarlo. Según éstos, la única opción es aceptarse sin más, y si no lo hacemos es porque no sabemos quiénes somos o porque nos negamos a aceptar la verdad. No pueden ser otros los que, desde fuera, nos digan a los navarros lo que tenemos que ser. Pero tampoco podemos ser algunos de nosotros quienes nos erijamos en defensores exclusivos y excluyentes de la Navarra real.

La afirmación de "Navarra como sujeto" implica también un ejercicio de sinceridad con la ciudadanía a la hora de actuar en política. El sujeto político navarro es un sujeto adulto al que difícilmente se le puede engañar cuando alguien afirma hacer algo por Navarra y en realidad lo está haciendo por su propio interés partidista, por legítimo que sea. En este sentido, no es sincero quien dice defender Navarra y respetar a los navarros y navarras, pero exige nuestra comunidad a cambio del fin de la violencia, como si la ciudadanía no tuviera nada que decir al respecto. Como tampoco es sincero quien dice defender Navarra, pero se olvida de su régimen foral y su autonomía fiscal como forma de facilitar el camino hacia un cambio de alianzas políticas en Madrid, o quiere impedir que los navarros y navarras expresen cuál debe ser su relación con la Comunidad Autónoma Vasca.

La afirmación de Zabaltzen ha sido respondida con el silencio por parte de UPN (no quieren darnos cancha porque es NaBai y no Bildu quien asusta a UPN), y ha suscitado distintas descalificaciones desde las filas de la izquierda abertzale oficial. Se nos ha dicho que nacemos desde la renuncia a Euskal Herria, como una especie de navarrismo de izquierdas más cercano a UPN que al nacionalismo vasco. Son afirmaciones que buscan la descalificación, pero que son totalmente falsas y lo saben. Es Bildu quien se parece realmente a UPN en su manera de entender la cuestión nacional, desde posiciones predemocráticas y desde la ausencia de respeto a lo que significa defender Navarra como sujeto. Unos y otros, UPN y Bildu, desde su particular visión de una Navarra objeto ajustada a sus respectivos intereses, buscan el enfrentamiento en lugar del diálogo, y la exclusión y marginación del otro frente a la integración, y de todo esto ya hemos tenido suficiente en Navarra en estos largos años de invierno democrático.

Como decíamos al inicio, Navarra como sujeto y no como objeto es un elemento diferenciador de la propuesta de Zabaltzen y de NaBai, que se reafirma no solo en el papel, sino en la práctica política, llevando a Madrid la voz de la Navarra real para hacer política real.

Koldo Martínez, Patxi Leuza y Álvaro Baraibar (miembros de Zabaltzen)

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