viernes, 4 de noviembre de 2011

BARDENA PROHIBIDA

Hacía tiempo que no programábamos una salida a las Bardenas para echar un bocata en el Piskerra. Lo hicimos recientemente. Tras aparcar en el linde de la pista e iniciar el camino fuimos abordados por un 4x4. Dos guardas nos saludaron con contundencia: "¿Es que no sabéis leer?". Tras un diálogo un tanto surrealista, nos informamos de que había una señal nueva que prohibía pisar el camino y parajes por los que habíamos disfrutado durante años. "Es en defensa de las aves", se nos explicó. ¿Aves a molestar en octubre en el Piskerra? "Te estás columpiando porque hay algún búho real y tres parejas de alimoches. Yo he visto a una familia dar palmadas para hacerles volar".

Puede que haya una perversa familia (¿numerosa?) que aplauda a los pájaros, pero ¿no estamos en paralelo a un campo de tiro para atronadores aviones militares? "Ya estamos con la comparación fácil, se bombardea muy poco, se hace con bombetas que meten poco ruido y las aves estás acostumbradas, para ellas es como una tormenta". El informado funcionario se explayó sobre las bondades de los bombardeos, y en especial "los millones que dejan para pagar guardas y estudios naturistas". E insistió, sobre todo, en que "antes de viajar a un parque natural hay que pasar por la caseta de información". ¿Para qué explicarle que llevamos yendo a Bardenas casi antes de que él y cualquier casetica de información nacieran? Así que ¡kilómetros, desde Piskerra hasta pasados los Angarillones, con muchas piezas de cereal de por medio, prohibidos a los paseantes!

Soy muy pajarero, hace unas semanas viajé a Donostia para escuchar una conferencia sobre aves del gran Joaquín Araujo. Así que aplaudo que la Junta de las Bardenas se preocupe del tema. Pero, ¿no ha estado durante años promocionando el turismo y hasta las competiciones de bici de montaña u ofreciendo el entorno -y cobrando- para todo tipo de promociones cinematográficas y de publicidad? En todo caso, los aviones, cosechadoras, molinos eólicos…, ¿no molestan más que unos paseantes? Aun así, ¿semejante montón de kilómetros de prohibición por tres parejas de alimoches y en cualquier época del año, fuera incluso de las temporadas de reproducción? Más que tierra de contrastes parecemos tierra de neuróticos. Lo cantó REM: "Es el fin del mundo (como lo conocíamos)".

Iñaki Armendáriz Ayape (en Diario de Noticias)

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