martes, 24 de enero de 2012

"EL PP HACE DE LA FAMILIA UN CONCEPTO VACÍO"

El 30 de diciembre, el Gobierno de Mariano Rajoy planteó un nuevo aplazamiento, hasta enero de 2013, de la ampliación del permiso de paternidad. Es el segundo retraso que sufre desde que el anterior Gobierno anunciara, hace un año, el primer aplazamiento de esta ampliación. Estaba previsto que pasara de los 15 días actuales a un mes completo.

En ambas ocasiones, la crisis económica fue el pretexto para no llevarla a cabo, a pesar de que así se contemplaba en la Ley para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, de marzo de 2007. A raíz de esta nueva paralización del permiso de paternidad, entrevistamos a Soledad Murillo, que participó en la elaboración y puesta en marcha de la Ley de Violencia de Género y la Ley de Igualdad, como secretaria de Estado. En la actualidad forma parte del Comité de Antidiscriminación de la Mujer de la ONU.

DIAGONAL: El aplazamiento de la ampliación del permiso de paternidad pasa por alto el enunciado de la Ley de Igualdad de 2007, ¿es la crisis una causa suficiente para este segundo retraso en su aplicación?

SOLEDAD MURILLO: En principio, la ampliación del permiso de paternidad se ideó en la Ley de Igualdad para cambiar la cultura de empresa y que se tuviera en cuenta que los cuidados no sólo les correspondían a las mujeres. Es decir, que la paternidad no es sólo aportar un salario y un apellido, sino que es un compromiso de atención y de cuidados. Cuando el Gobierno anterior decidió posponer el permiso de paternidad, priorizó los 400 millones de euros que podía costar, cuando realmente el coste del permiso en función de quienes se acogieron a él fue de la mitad, 200 millones de euros. Es curioso que el permiso de paternidad surgió en la UE, donde sindicatos y empresarios estaban de acuerdo en que no hubiera una directiva de paternidad, sino que se incluyera en igualdad, cuando la paternidad no tiene que ver con la igualdad, la paternidad tiene que ver con la familia. El error, tanto del anterior gobierno, como del actual, es considerarlo un gasto y no una inversión.

D.: Tras la puesta en marcha de leyes como la Ley de Violencia de Género y la Ley de Igualdad, ¿sigue siendo nuestro país una referencia internacional en este campo?

S. M.: Seguimos siendo una referencia en igualdad gracias a la Ley de Violencia de Género, así como por tener una Ley de Igualdad que modificó una ley electoral. Y tenemos, por primera vez a nivel europeo, la coordinación de una red de indicadores, gracias a la Ley contra la Violencia de Género. Quiero decir que todo el mundo veía lo mismo, y de la misma manera. Por tanto, me preocupa que la señora Ana Mato [ministra de Sanidad y Asuntos Sociales] tenga ahora problemas para hablar de “violencia de género”. Porque no es un problema del entorno familiar, puesto que entonces quedan fuera las chicas jóvenes que tienen un novio que las maltrata, y representan el 33% de las mujeres que murieron el año pasado. Y el caso de las mujeres separadas es igual. Por lo tanto, es peligroso confundir los términos.

Volviendo al permiso de paternidad, me parece absolutamente lesivo. Si el Partido Popular está tan preocupado por la familia, pues entonces que la familia tenga igualdad de oportunidades. Es decir, que yo por estar casada con un señor, no tenga que dedicarme a fomentar y sostener su carrera profesional, en el sentido de ofrecerle el tiempo que él no dedica a lo que le correspondería dedicarse. Porque los hijos no se tienen solos, se tienen con alguien con quien compartes un proyecto de vida. Por lo tanto, no es que incida solamente en el tema del permiso de ellos, porque además sólo un 23% de los hombres no se acogieron al permiso de paternidad el pasado año. Sólo un 23%. Lo cual indica responsabilidad en la asunción de la paternidad no entendida como tradicionalmente, es decir, sólo la atribución de salario y de apellido.

D.: Usted siempre ha preferido hablar de “corresponsabilidad”, en lugar de “conciliación”. ¿En qué medida el permiso de paternidad haría efectiva esa corresponsabilidad?

S.M.: Cuando en el diálogo social con los sindicatos, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Trabajo, tratamos sobre el permiso de paternidad, hablamos de corresponsabilidad. No se puede pedir a un hombre que sea corresponsable si no le damos la oportunidad de que disfrute de un permiso que era en principio de 15 días, pero que después se aprobó para que fuera de un mes. ¿Cómo vas a hablar de corresponsabilidad si no compartes?

D.: ¿Y qué otras medidas pueden tomarse para evitar estos recortes so- ciales y de derechos, como es el permiso de paternidad?

S.M.: Me parecería más importante hablar, si lo que se quiere es ahorrar, de no duplicar cargos, por ejemplo. No se puede estar con tres cargos, autonómicos, de partido, portavoz. Vamos a plantearnos eso, empecemos a controlar cómo se ponen los alcaldes los sueldos. Lo que no puede ser es que haya personas que en un Ayuntamiento pueden cobrar cien mil euros, que el alcalde se ponga el salario que quiera, que además sea diputado regional y que después estemos ahorrando en permisos de paternidad. Eso es indecente.

D.: ¿Cabe hablar de la propia corresponsabilidad de los poderes públicos?

S.M.: Claro, los poderes públicos tienen la responsabilidad de abordar la Ley de Transparencia, que es una forma de que las corporaciones locales y autonómicas se hagan cargo de un plan de racionalidad y austeridad. No pueden seguir cobrando lo que está orgánicamente permitido mientras lesionamos un derecho como el permiso de paternidad. O sea, austeridad para los padres mientras nosotros, como cargos políticos, podemos estar en tres sitios porque no hay ninguna ley que lo prohíba, ganando más que un presidente del Gobierno.

D.: ¿Cómo evolucionará la aplicación del permiso de paternidad?

S.M.: Yo del PP no espero absolutamente nada en cuestión de derechos para las mujeres. Sólo conciben a la familia, y la familia es profundamente desigual. Ellos dicen: “nosotros protegemos a la familia”, pero, ¿cómo? La forma es generando derechos, generando permisos. Pero permisos no solamente de paternidad, sino también permisos a una madre para cuidar a un hijo de 12 años, no porque tenga una enfermedad, sino porque tiene un problema, porque le acosen en el colegio, por ejemplo. El PP habla de la familia como eslogan, pero la convierte en un concepto completamente vacío. Porque la única forma de compartir responsabilidades es que la familia puedan disfrutarla tanto el padre como la madre. Y el PP no va a hacer nada sobre el tema de igualdad de trato. No confío en ello porque tienen una visión de la mujer como si fuera un útero y no una persona con derechos. Se apoyan en situaciones donde no tenemos categorías de ciudadanas, sino que estamos para la inserción, la protección... es decir, de todas aquellas funciones que no nos liberan como ciudadanas. La derecha ha convivido con la Ley de Adulterio, con la Sección Femenina. La derecha ha supuesto para nosotras lo peor, porque además ha sido absolutamente religiosa, católica y romana, en el sentido de no reconocernos derechos sino sólo obligaciones: la obligación de la madre, la obligación de la decencia, etcétera. Pero derechos, ninguno.
Diagonal

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