viernes, 13 de abril de 2012

QUE HABLEN LOS POLÍTICOS SOBRE CAJA NAVARRA

Hace unos días se publicó un artículo en Diario de Noticias (Los políticos, mejor callados sobre Caja Navarra) con el que estoy totalmente de acuerdo salvo en el título del mismo.

Por este motivo pretendo que los políticos de UPN, PSN y CDN, todos ellos con muchas N de Navarra (dime de que presumes y te diré de qué careces), que han monopolizado la representación popular en los órganos de gobierno de la Caja Navarra, se expliquen y nos cuenten la verdad de lo que ha ocurrido en esa institución en los últimos 10 años.

Lo primero que nos tienen que explicar es cuál fue el motivo para poner al frente de Caja Navarra a Enrique Goñi, cuando el entonces director general, Lorenzo Riezu, continuaba en la senda de beneficios y aumento de reservas, ocupando esta caja los primeros puestos de solvencia de las entidades financieras del Estado español.

Después de este cambio, el nuevo gestor pletórico de ideas empieza a tirar la casa por la ventana recibiendo el plácet en todos los órganos de gobierno de Caja Navarra. En cuestión de unos pocos años los niveles de solvencia caen de forma importante, inicia una loca carrera de apertura de oficinas pretendiendo con el famoso Tú eliges; tú decides zamparse a la banca tradicional, compra un banco del Este de Europa, firma un convenio con Wachovia, banco de EE.UU., abre una oficina en el corazón financiero de Washington (cerca de la Casa Blanca). Todas estas medidas, que son un auténtico fracaso, más la crisis financiera obligan a juntarse a otras entidades para conseguir un tamaño (50 mil millones de euros en balance) que según el Banco de España (2010) ofrece posibilidades de no desparecer como entidad financiera. Otra vez se mete la pata hasta el fondo y en vez de buscar una unión dentro de nuestro entorno natural, Federación Vasco-Navarra de Cajas de Ahorro (entidades que a día de hoy mantienen un nivel importante de solvencia) se hace un SIP con Caja Burgos y Caja Canarias.

En esta decisión confluyen dos objetivos, uno de ellos es que Enrique Goñi sea el capo de esa nueva entidad y el otro que, menos con los vascos, con cualquier otro y al precio que sea. Llegamos a julio de 2010 y Banca Cívica suspende el test de stress. Se quiere tapar el agujero con la ayuda del tiburón financiero JC Flowers, el tiro vuelve a salir por culata con la espantada de estos inversionistas.

La situación es insostenible y entonces aparece Cajasol para completar el cúmulo de despropósitos. Esta entidad despechada por su hermana Unicaja, se convierte en la tabla de salvación para Banca Cívica, pero consiguen el efecto contrario. Como cuando alguien se lanza al mar para salvar a un náufrago y ambos perecen ahogados. Esta es la historia de los dos últimos años de Caja Navarra-Banca Cívica.

La traca final ha sido la venta de Banca Cívica a la Caixa por el irrisorio precio de 977 millones de euros. Hay que recordar que CAN cifró el año pasado su aportación a Banca Cívica en casi 700 millones de euros. ¿Qué ha pasado en este último año? ¿Dónde se han dilapidado las reservas de Banca Cívica? ¿Era cierto el valor de las entidades que conforman Banca Cívica?

Durante todo este tiempo, los políticos de UPN, PSN y CDN, han callado intentando esquivar sus responsabilidades frente a la sociedad navarra y practicando una eutanasia activa para que Caja Navarra desaparezca lo antes posible y así no tener que dar explicaciones por haber apoyado a un gestor visionario.

Por este motivo este es el momento de que hablen, pero no para salirse por la tangente, sino para que confiesen públicamente sus pecados (meteduras de pata) y nos cuenten con todo lujo de detalles por qué han apoyado a Enrique Goñi desde el principio hasta el fin.

Jon Iñaki Arrizibita, trabajador de Caja Navarra-Banca Cívica

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