martes, 9 de octubre de 2012

PP Y PSOE SE DESPLOMARÍAN EN EL PAÍS VALENCIANO SI AHORA HUBIESE ELECCIONES


Si las elecciones a Cortes Valencianas se celebrasen hoy, el mapa electoral sufriría un auténtico tsunami. El desgaste del PP, apenas año y medio después de lograr su mayoría absoluta más holgada, es tan grande que la izquierda tendría escaños suficientes para gobernar en coalición. Las consecuencias de la crisis económica y la desafección ciudadana hacia la política, especialmente hacia populares y socialistas, están en el origen del vuelco electoral.
Así lo refleja el sondeo realizado por Metroscopia para EL PAÍS, que asegura que el PP perdería 13 de sus 55 escaños actuales (la mayoría absoluta está en 50) y el 15,1% de los votos (obtuvo el 49,3% en los comicios) para quedarse en el 34,2%.
Ni siquiera la entrada de Unión Progreso y Democracia (UPyD), el partido de Rosa Díez, que obtendría un 7,1% de los votos y hasta seis escaños, daría oportunidad al PP de gobernar en coalición, como ya hizo en 1995 con la desaparecida Unión Valenciana.
No obstante, los responsables del sondeo introducen “dos importantes matizaciones”. La primera: “Es una encuesta realizada fuera de periodo electoral, por tanto, los datos de intención de voto no tienen otro valor que el de expresar un determinado y coyuntural clima de opinión y en modo alguno reflejan predisposiciones de voto firmes y cristalizadas”. La segunda: “Hay que tener en cuenta que los contextos económico, político y social influyen sobre estas estimaciones”. La encuesta, que se basa en una muestra de 1.000 entrevistas realizadas entre los días 1 y el 5 de octubre, con un margen de error de 3,2 puntos, alerta de que si hoy hubiese elecciones la participación caería cinco puntos respecto a los últimos comicios y se situaría alrededor del 65%. Por contra, el voto en blanco sufriría un incremento sustancial de hasta seis puntos con respecto a las últimas elecciones autonómicas celebradas.
El desplome del PP y la entrada en escena de UPyD —el tamaño de la muestra no permite establecer la distribución de su voto en las tres provincias— no se traduce en ninguna mejora para los socialistas, que todavía no han tocado fondo.
Pese al enorme descenso que ya registró el PSPV-PSOE en las elecciones de mayo de 2011 respecto a comicios anteriores, los socialistas —ahora dirigidos por Ximo Puig en la secretaría general— siguen cayendo en barrena. Según el estudio de Metroscopia, los socialistas pierden 8 de los 33 escaños actuales y se colocan por debajo del 20% de voto (solo lograrían 19,9% de los votos frente al 28% que obtuvieron en las elecciones).
Los grandes beneficiados son Compromís y Esquerra Unida, que superan en más del doble sus resultados. Coalició Compromís pasa del 7,1% de los votos al 13,6% y Esquerra Unida, formación refugio de un buen número de votantes socialistas desencantados, salta del 5,9% del voto obtenido al 11,5%. Con estos porcentajes, ambas formaciones obtendrían 13 escaños cada una, que sumados a los 25 del PSPV permitirían formar una coalición de izquierdas (basada en 51 parlamentarios) para gobernar.
Los valencianos penalizan el mal gobierno del PP en el último año y medio —un 72% tacha de mala o muy mala la actuación del Consell que preside Alberto Fabra— y la incapacidad del PSPV-PSOE para liderar la oposición —un 66% califica la actuación de este partido de mala o muy mala—. La desconfianza hacia la política es tal que la mayoría (un 36%) de los ciudadanos cree que ningún partido político defiende los intereses de los valencianos. Una opinión que ha aumentado un 9% respecto al sondeo que realizó Metroscopia para EL PAÍS de hace dos años.
Por partidos, el PP, que era la formación que mejor representaba los intereses de la Comunidad Valenciana hace dos años para el 39% de los ciudadanos ahora solo sigue cumpliendo para el 22%. Y si un 16% pensaba que esa función la cumplían los socialistas en 2010 ahora solo confía en ellos el 9%.
La formación que más confianza ha ganado entre los valencianos es Compromís, que ya se coloca a poco más de seis puntos de intención de voto respecto a los socialistas, y que es la mejor valorada. Si hace dos años, solo un 2% de los valencianos creyó que el Bloc representaba mejor que nadie el interés de los valencianos ahora es el 13% el que piensa que ese papel lo representa Coalició Compromís. En Esquerra Unida, el aumento de la confianza apenas varía al pasar del 3% al 5%.
En este clima de desafección hacia la política, los líderes de los partidos también tienen problemas para lograr el aprobado.
El presidente de la Generalitat es el más conocido con diferencia por los valencianos (92%), aunque con un 4,1 se queda muy lejos del aprobado y es el que peor valoración tiene de entre los dirigentes de los principales partidos políticos.
Fabra paga la mala imagen del Gobierno valenciano, cuyos consejeros tienen un nivel de conocimiento inferior al 50% y ninguno llega al aprobado. El vicepresidente José Ciscar, con un conocimiento del 42% y una nota de 4.3, es de los más conocidos y valorados, mientras que los titulares de Sanidad, Hacienda y Educación (Luis Rosado, José Manuel Vela y María José Catalá) obtienen calificaciones inferiores al 4.
El estudio demoscópico desvela la fortaleza del liderazgo de Mònica Oltra, portavoz adjunta de Compromís y dirigente de Iniciativa del Poble Valencià, que logra la mayor nota de todas. Un 6 sobre 10, con un conocimiento del 39%. Oltra logra buena nota no solo entre los votantes de Compromís, que la puntúan con un 8,3. También entre los de Esquerra Unida (7) y entre los votantes socialistas (6,2). Su socio de coalición, el secretario general del Bloc y portavoz de Compromís, Enric Morera, se acerca al aprobado (4,8) con un grado de conocimiento algo inferior (32%).
El líder socialista, Ximo Puig, saca mejor nota que Alberto Fabra (4,4) sin llegar al aprobado y con un conocimiento del 43%.
La otra dirigente que logra superar el cinco es la coordinadora de Esquerra Unida, Marga Sanz, que obtiene un 5,2 de puntación pero con un nivel de conocimiento muy inferior (19%) al del resto de líderes.
Las malas puntaciones a los dirigentes valencianos del PP y del PSOE también alcanzan a sus referentes estatales. El 65% de los valencianos desaprueba la gestión del presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy (en el conjunto de España la desaprobación es del 71%). Es casi el mismo porcentaje (67%) de los que desconfiaban de él en el sondeo de Metroscopia del año pasado para EL PAÍS.
El dirigente socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, no sale mejor parado ya que un 72% desaprueba su gestión como líder de la oposición. Como sucede con Rajoy, este porcentaje de suspensos en la Comunidad Valenciana es ligeramente inferior al del conjunto de España (76%) y similar a la desconfianza (81%) de los valencianos hace un año.
El País

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