sábado, 17 de noviembre de 2012

¿DESAPARECE EL MONTE PLANO?

La construcción de grandes infraestructuras en el Monte Plano está poniendo en peligro su integridad, su fauna y flora. A pesar de las fuertes agresiones que ha sufrido en los últimos años, como han sido las roturaciones, talas, graveras, vertederos, pistas de aterrizaje y otras, conserva actualmente importantes superficies de encinares, coscojos, robles quejigos y enebros, y una variada fauna. Sin embargo, el impacto producido por la construcción del Canal de Navarra y ahora la amenaza de la construcción del Tren de Alta Velocidad que lo cruzaría de Este a Oeste supondría su herida de muerte. Desaparecería su bello paisaje y alteraría drásticamente su actual ecosistema.

El Monte Plano es la última superficie de grandes dimensiones de bosque de propiedad comunal que nos queda. Se trata de un verdadero tesoro natural de más de 1.000 hectáreas de bosque mediterráneo donde la esbelta encina es la protagonista. Es una de las últimas terrazas de monte encinar y la masa boscosa más meridional de Navarra. Constituye el paisaje más extenso y variado del término municipal. El Monte Plano es una altiplanicie donde destaca su singularidad geográfica y geomorfológica por el hecho de tratarse de una antigua terraza del Zidakos, diseccionada y aislada del valle.

Las mujeres y hombres de Tafalla y Olite compartimos y disfrutamos de este entorno natural de gran valor sentimental. Este paisaje es legado de nuestros antecesores, de su actividad, de su senbilidad y gustos, de su manera de cultivar y pastorear, de su carácter. Caminar por el Monte Plano es un placer que muchas, muchísimas personas disfrutamos diariamente. Las inmediaciones de la Caseta del Plano y/o de la ermita de Santa Brígida son lugares de esparcimiento donde se reúnen los amigos, amigas y familias en festividades y fines de semana.

Hasta hace no mucho tiempo su vegetación estaba bastante bien conservada. Este año recibimos con alegría el Oinez Basoa de la Ikastola de Tafalla con la plantación de más de 7.000 nuevas encinas en el raso del Plano. 

Sin embargo, el aprovechamiento irracional del Plano, con toda la permisividad institucional, ha significado importantes agresiones a su medio ambiente. La rotutación de las grandes parcelas del Raso para sembrar un paupérrimo cereal abandonado al poco tiempo, la construcción de la pista de aterrizaje que deberían levantar y sanear por estar ya fuera de uso, las montañas de arenas de Luzuriaga, las graveras con sus enormes agujeros son zonas deprimidas que no han sido recuperadas. A todo esto habría que añadir la línea de Alta Tensión que lo cruza.

Recientemente, para la construcción del Canal de Navarra se talaron miles de encinas y quejigos usurpando incluso más hectáreas de las proyectadas y sin haber, hasta la fecha, iniciado las medidas de recuperación medio ambiental. Con sus 5 kilómetros de hormigón construidos de Norte a Sur, supone la mayor agresión que ha sufrido el Monte Plano en toda su historia. Nunca hasta ahora se había llevado una obra de tal envergadura. Su impacto ha sido catastrófico. Donde antes era bosque, ahora es cemento y grava donde no crecen las encinas, ni donde tampoco podrán anidar las aves.

Por si esto fuera poco, ahora nos amenazan con la construcción del ruinoso y contestado Tren de Alta Velocidad (TAV) que cruzaría su superficie de Este a Oeste. Con desmontes de terreno y construcción de falso túnel en la entrada al Monte Plano de más de 350 metros de longitud, 800 metros de longitud de túnel en superficie y otros 350 metros más de desmonte y recubrimiento de túnel nuevamente en su salida. En el túnel central tienen previsto construir una salida de emergencia haciendo para ello, en medio del Plano, un gigantesco socavón, helipuerto y carreteras para llegar hasta allí. Destrozarían salvajemente el mismo corazón del Monte con todo su bosque. Además estarían los viaductos que salvarían los desniveles existentes. También la parcela del Raso que está frente a la del Oinez Basoa, tiene previsto que podría servir para la extracción de la grava.

Por todo ello, el daño y destrozo que causaría al Monte Plano la construcción e instalación de esta infraestructura sería de tal envergadura que irremediablemente perderíamos el único bosque mediterráneo que tenemos en muchos kilómetros a la redonda. Seríamos la última generación que conoceríamos el Plano como era originalmente.

¿Es esta la herencia que dejaríamos a las futuras generaciones? ¿Montes de cemento?

No, mil veces no. En un momento pretenden destruir lo que a la naturaleza le cuesta construir miles de años. Pero el Monte Plano es un bien comunal, es un bien de disfrute de todas y todos y nos pertenece. Es a nosotras y nosotros habitantes de Olite y Tafalla, a quienes ahora nos toca defenderlo.

Pili Berrio, en La Voz de la Merindad

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