jueves, 17 de enero de 2013

IANIRE ESTÉBANEZ: "MUCHAS JÓVENES NIEGAN LA VIOLENCIA PSICOLÓGICA Y LA JUSTIFICAN"

Ianire Estébanez ha trabajado mucho con jóvenes, especialmente con mujeres jóvenes. Comprometida con el fomento de  relaciones saludables y la erradicación de la violencia de género, ha buscado acercarse a la realidad de los y las jóvenes  desde sus propios referentes. Tiene un blog www.minoviomecontrola.blogspot.com y una página web www.mimoviomecontrola.com con gran número de recursos para reflexionar y trabajar el  tema de la violencia en las relaciones de las personas jóvenes  y adolescentes.

En su quehacer, se ha encontrado con un panorama preocupante: muchas chicas jóvenes soportan una situación de violencia psicológica, de control por parte de su pareja –en sus amistades, en las redes, el teléfono- y lo que resulta más grave: estas chicas lo ven como una situación “normal”, “una prueba de amor”. Tuvimos  el placer de poder escucharla en la Casa de Cultura de Tafalla, el pasado 15 de noviembre, invitada por la Asociación de Mujeres Gure Indarra Emakume Elkartea.


¿Vivimos en una sociedad igualitaria para hombres y mujeres?
La existencia de una serie de leyes de igualdad da la impresión de que la igualdad se hubiera conseguido. Hoy en día, la  desigualdad  es mucho más sutil, no es tan evidente. Las chicas,  sobre todo las que han llegado a la universidad, no perciben esa desigualdad.  Lo sutil hace que la desigualdad sea más difícil de identificar como problema y que se le dé la importancia que requiere. A las chicas jóvenes no les gusta ponerse en el papel  de víctimas. Se creen que son muy inteligentes y que a ellas no les va a pasar. Cuando las chicas entran al mercado laboral empiezan a ver desigualdades: cobran menos, no encuentran trabajo,  se valora más lo que hace un compañero que lo que hacen ellas… Pero hasta que no llegan al mercado laboral, viven con la sensación de que con esfuerzo pueden conseguir lo que se propongan.

Has trabajado con grupos de mujeres que han sufrido esta violencia. ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de tu trabajo?
La facilidad para negar la violencia psicológica y justificarla como un elemento de amor. De cómo se enganchan en una relación que les daña por las cosas buenas que también tiene. No identifican los límites de dónde está su espacio, su  intimidad, su yo propio.

¿Cuándo hay que empezar a preocuparse?
Un síntoma de alerta bastante importante es el aislamiento social en que se meten muchas chicas. Se echan novio y desaparecen del mapa. Hay un cambio de centro de atención de mí hacia la pareja. Cuando hay pérdida de amistades, pérdida de espacio propio, cuando todo es con él, hay que empezar a preocuparse. También cuando hay una relación de control: él dice lo que hace, qué amistades tienes, horarios. Esto también sería una llamada de atención.

¿Qué influencia tiene su idea de amor en esta situación?
En estas edades, mucho. El amor está muy idealizado. Cuando nos hacemos más mayores el mito del amor romántico se nos cae. Pero en la adolescencia todavía no sabes qué límite ponerle a la relación. Los mensajes sociales que reciben los jóvenes son
desquiciantes: hazlo todo por la relación, eres importante porque eres guapa y sexy. En estas edades hay mucha presión social y está extendido un modelo romántico de amor y una necesidad de responder a un modelo de mujer perfecto que no tiene fallos, delgada, guapa, sexy y además buena.

¿Qué es lo permite a una mujer salir de este tipo de violencia?
Creo que adquiere mucha importancia la reflexión sobre una misma, sobre lo que necesito, quiero y busco en una relación, es decir, de autoconocerse para poder saber qué es lo que necesito. Pero además, para percibir que se está dentro de una relación de violencia, de maltrato psicológico, es indispensable no tomar los comportamientos de una forma aislada, pues ello conlleva quitarles importancia, justificarlos. Si ves que forman parte de un conjunto, “el ciclo del maltrato”, es más fácil abrir los ojos a una realidad que durante un tiempo muchas veces resulta difícil de percibir y de aceptar. Por otro lado, además de la propia posibilidad individual de percibir la situación, es imprescindible no estar sola. En ese aspecto es donde la sociedad, las personas que estamos a su alrededor, nos transformamos en un elemento imprescindible para salir de la situación, porque sola el camino se hace más duro.

Gure Indarra Elkartearen aldizkaritik hartutakoa

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