miércoles, 9 de enero de 2013

LA HIPOCRESÍA CON LOS NIÑOS



     El 14 de Diciembre pasado en la pequeña ciudad de Newton, USA, 28 personas eran asesinadas por un joven de dicha localidad, que al parecer tenía problemas mentales.
     Las reacciones ante esta nueva matanza a las que tan acostumbrados nos tiene este país, en este caso se han visto tal vez agrandadas por el hecho de que entre las víctimas había 20 niños/as.
     Han pasado 3 semanas desde el suceso, y las aguas han vuelto a su cauce. Aunque no se expresa abiertamente, el mensaje que se nos quiere trasmitir es  que sucesos de este tipo son poco menos que inevitables y un pequeño tributo, trágico eso sí, que la sociedad debe pagar en nombre de la libertad, la democracia etc. Palabras ya huecas de contenido, que EEUU, el poder gobernante, a través de su control de los medios de comunicación mundiales se encarga de “escupir” al resto  del mundo. Poco importa que la evidencia nos vaya diciendo que de seguir así vamos todos al abismo, no solo EEUU, y que lo ocurrido, y los casos similares que por desgracia volverán a ocurrir, son la evidencia de una sociedad con unos valores cada vez más podridos fruto de un sistema capitalista que hace aguas por todas partes.

Razones de esta matanza
     Se han dado muchas razones para explicar lo sucedido: la pobreza estructural en EEUU (más de 50 millones en el país más poderoso del mundo), la proliferación de armas cuya adquisición está al alcance de casi cualquiera, el miedo, el racismo, la cultura del yo que hace apenas considerar al vecino como tu semejante, un sistema sanitario elitista que a pesar de ser carísimo (un gran negocio para las compañías de seguros y los laboratorios) deja sin cobertura a un porcentaje muy elevado de la población y entre ellos a personas con problemas mentales como  en el caso del joven que llevó a cabo esta matanza, y una sociedad que en contra de la imagen que pretende dar es muy violenta, tanto de puertas adentro como afuera.
     Pero no es una violencia circunstancial sino estructural, como si el país la llevase en los genes. Desde su nacimiento ha sido un país militarista y expansionista donde el complejo militar-industrial es fundamental para su economía,  lo cual por pura lógica significa destrucción y muerte en otras partes del mundo, y la perfectamente engrasada máquina propagandística tiene  bien educados a la mayoría de sus ciudadanos para que consideren natural la destrucción de otros países cuando así conviene a los intereses de EEUU (los legítimos intereses de los países en cuestión no cuentan). De echo de todos los países del mundo que he visitado, que son muchos, en mi opinión la ciudadanía norteamericana es la más manipulada del mundo, y añadiría que con bastante diferencia

Hipocresías dichas sobre la tragedia
     Ante este panorama no puede sino sonar a pura hipocresía el escuchar comentarios diciendo que una tragedia así es inexplicable. Puede que razón, lo que se dice razón para que un joven, o mayor daría lo mismo, asesine a 28 personas parezca inexplicable, pero razones, aparte de la dadas, hay muchas, y revoloteando por encima de todas ellas una sociedad donde el dinero se ha convertido en el gran dios que todo lo devora y justifica. La población de EEUU es algo mayor de 300 millones, y en sus hogares se acumulan más de 300 millones de armas de todo tipo. De nada sirve echar mano de las estadísticas que nos dicen cómo EEUU es el país del mundo, tal vez superado por Brasil, con mayor índice de muertes por arma de fuego (más de 30.000 al año), y que todo parece indicar que tiene mucho que ver con la facilidad con que se pueden adquirir las armas (bien es verdad que hay otros países en los que los ciudadanos tienen también muchas armas y el índice de muertes debido a ellas es muy bajo). La poderosa “Asociación del Rifle” se encarga de que este lucrativo y siniestro negocio de venta de armas no decaiga, y tiene poder suficiente para untar a los políticos que haga falta. En este caso como en otros que le han precedido, se ha vuelto a  sacar a relucir la famosa 2ª enmienda de la constitución que poco menos que sacraliza el derecho de los norteamericanos a tener armas para su autodefensa, y de nada sirven las voces que dicen que dicha enmienda se redactó en una época concreta que nada tiene que ver con la actual (no hay más que leerla para ver la obviedad de esto).
    De hecho la venta de armas después de la tragedia se ha disparado, y la citada asociación ya se ha encargado de echar parte de la culpa a que no había armas en el centro escolar, e insinuando que de haber ido armados los maestros/as la tragedia se hubiese minimizado. Claro que si así fuese podría ocurrir que a algún maestro/a se le cruzasen los cables y entonces como contrapartida habría que permitir que los alumnos llevasen también armas con lo que se cerraría el círculo de la violencia y la esquizofrenia y el miedo existente en dicha sociedad llegaría a límites insospechados: todo sea por el negocio de la venta de armas aunque lleve implícita la destrucción de la sociedad.
    Y el mismo gobierno es incapaz de hacer frente a la situación. Aunque desde siempre ha demostrado ser muy bueno dirigiendo y controlando la opinión pública del país según sus intereses (ahí están el invento de las incubadoras para involucrar a la población en la mal llamada 1ª guerra del golfo, o las famosas armas de destrucción masiva en Irak que nunca aparecieron etc.), no se atreve a hacer campaña contra la posesión de armas que a buen seguro tendría un fuerte impacto en la opinión pública,  pues le tienen miedo a la reacción de la poderosa industria armamentística.

Utilizando a los niños/as
     En la matanza de Newton de los 28 asesinados 20 eran niños/as, y todos los medios de comunicación han recalcado hasta la saciedad este detalle. Los niños son el eslabón más débil de cualquier sociedad, y como tal se les cuida y protege porque además el futuro será de ellos. Parecería que efectivamente si les ocurre alguna desgracia, como en este caso, la sociedad se vuelque en mostrarles su cariño y solidaridad. Pero las lágrimas del presidente Obama al recordarles no han sido suficientes para que promulgue una auténtica ley que prohíba la compra de armas. A lo sumo se restringirá la venta de fusiles de asalto y armas parecidas, y a partir de ahora los futuros niños que sean asesinados lo serán por armas menos sofisticadas.  Esto no les será de ningún consuelo y ayuda, pero es que por encima de la vida de otros niños está el negocio de la venta de armas.
     Desde hace unos años la muerte de niños, de algunos solamente, se está utilizando de una forma bastante hipócrita para impactar a la sociedad y conseguir movilizarla contra todo lo que le moleste al imperio y sus aliados-vasallos, entre los que bien que mal nos encontramos los europeos. En esta sociedad nuestra los controladores de los medios de comunicación, la llamada mass-media, funcionan con la ilusión de que solo existe aquello que ellos publican: la matanza de Newton ha existido, los 8 adultos y los 20 niños han muerto porque nos lo han repetido hasta la saciedad, pero los miles de niños que este civilizado Occidente está asesinando en nombre precisamente de su civilización apenas sí son reales pues no se publican. A lo sumo ahora mismo existen los niños asesinados por el gobierno sirio, pues vienen bien para azuzar a la sociedad contra dicho gobierno, pero por supuesto los asesinados por los llamados rebeldes no existen. Ni los 400 asesinados por Israel a finales del 2008 que los quitó de en medio prematuramente por vengarse de sus padres y para evitar que se rebelasen cuando se hiciesen adultos, ni los niños que están  naciendo en Faluya (Irak) con grandes deformaciones debido a las bombas fabricadas con uranio empobrecido con que se les bombardeó hace apenas 7 años, ni los niños acribillados en Pakistán mientras recogían leña, ni los asesinados en Libia etc. Por no mencionar los 30.000 que mueren todos los días de hambre, y que apenas son una fría estadística en un papel.
     Se ha convertido a los niños en mera mercancía a utilizar según procedencia y nacimiento, y es como si se les matase dos veces: una la real y la otra cuando se les utiliza sin ningún tipo de escrúpulo.
     Cuando algo muere lo normal es enterrarlo porque si no huele mucho. El sistema en que vivimos tiene toda la pinta de estar muerto (lleva ya demasiado tiempo viviendo de la caridad del dinero público), pero los que tienen el poder no lo quieren enterrar y cada vez está oliendo más y peor. Seguramente y por desgracia va a seguir haciendo mucho daño durante no sabemos cuanto tiempo, y ni siquiera los niños se están librando de ser sacrificados y utilizados de forma vergonzosa.
     Los niños de Newton y todos los demás que han muerto y seguirán muriendo prematuramente apenas han tenido tiempo de disfrutar de esta vida y ya nada se puede hacer. Vaya para todos ellos un homenaje pero en especial para todos esos a los que apenas cita nuestra mass-media, o lo hace a desgana como si le remordiese la conciencia: los asesinados en Palestina, Siria, Libia, Irak, África, Pakistán (tal vez asesinados por un avión drone dirigido desde una cómoda consola por algún pariente psicópata de los niños asesinados en Newton) etc., o para todos los muertos en vida trabajando como esclavos para multinacionales, para que aquí tengamos ropas muy baratas.
Va por todos ellos.

                                                Jose E. Santacara

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