domingo, 4 de agosto de 2013

PP Y PSOE PACTAN UNA REVISIÓN POLÍTICA DEL ACCIDENTE DEL ALVIA DE GUANTE BLANCO

El enfrentamiento político entre los dos grandes partidos se ha mantenido por ahora al margen del accidente de tren de Santiago. Y seguirá siendo así en los próximos días. El Gobierno y el principal partido de la oposición han acordado no convertir la tragedia del Alvia en nuevo motivo de confrontación políticaPP y PSOE creen que la sociedad no entendería un intercambio de acusaciones sobre su presunta responsabilidad en el siniestro y presienten que un cruce de argumentos acabaría perjudicando en realidad a ambas formaciones por la historia reciente de la línea de alta velocidad Ourense-A Coruña, el tramo en el que se produjo el fatídico descarrilamiento.
Según ha podido saber El Confidencial, la ministra de Fomento, Ana Pastor, ha hablado por teléfono en los últimos días con su antecesor en el cargo,José Blanco, y también con la secretaria de Organización del PSOE, Elena Valenciano, para cambiar impresiones sobre el accidente. Blanco, que asistió al funeral en la Catedral del Apóstol aunque se mantuvo en un segundo plano, expresó a Pastor su solidaridad con la tragedia y se ofreció a colaborar en lo que pueda necesitar. En cuanto al contenido de la conversación entre la ministra de Fomento y Valenciano, ambas se comprometieron a cooperar para que la desgracia no entre en el terreno de la contienda partidista.
Ese es el clima que se respirará esta semana en la comparecencia de la ministra de Fomento en la Comisión del Congreso del mismo nombre. Pastor quiere explicar la actuación de su departamento y responder las dudas de la oposición. Estará acompañada por Julio González Pomar y Gonzalo Ferre, presidentes de Renfe y Adif, respectivamente. Pero, al menos en lo que respecta a la relación Gobierno-PSOE, se espera que la cita discurra en un ambiente de normalidad, sin críticas exacerbadas al adversario, según las fuentes consultadas.
Una inauguración cargada de contenido político
El principal motivo de la baja confrontación que rodea de momento al accidente de Santiago en comparación con otras catástrofes, como la delPrestige o la del metro de Valencia, es el contexto político que acompaña a la tragedia. El tramo de la línea de alta velocidad en el que el Alvia se salió de la vía fue inaugurado por Blanco el 10 de diciembre de 2011, un mes después de las elecciones generales, cuando sólo era ministro de Fomento en funciones.
Blanco no quiso perderse ese acto por culpa del adelanto de las elecciones generales. Era el proyecto al que más tiempo le había dedicado en sus dos años y medio al frente de Fomento. Veía en ese logro histórico para Galicia la catapulta que debía auparle a la presidencia de la Comunidad Autónoma. El caso Campeón frustró sus aspiraciones, pero en diciembre de 2011 su ambición estaba prácticamente intacta.

Las dudas que ha generado la precariedad del sistema de control en el tramo del descarrilamiento podrían haberle salpicado por la celeridad que puso Blanco para inaugurar el servicio antes de tener que abandonar el Gobierno. Sin embargo, el ex secretario de Organización del PSOE ha conseguido que nadie le pida explicaciones ni responsabilidades políticas por la configuración actual de ese tramo.
Lo cierto es que el Partido Popular se encuentra en circunstancias similares. Pastor participó en aquella inauguración en calidad de diputada del PP por Galicia, aunque sólo unos días después asumió la cartera de Fomento. También asistió lógicamente en un lugar destacado el presidente de la Xunta,Alberto Núñez Feijóo, que interpretó la llegada de la Alta Velocidad a Galicia como el final de una reivindicación histórica que había conseguido sellar su Gobierno. Acusarse ahora mutuamente sobre las deficiencias de ese tramo inaugurado tanto por el PP como por el PSOE con todos los honores no beneficiaría a ninguno de los dos partidos y podría perjudicar a ambos.
¿Alta Velocidad o Velocidad Alta?
Hay otro elemento que va a contribuir a rebajar la tensión política. El accidente ha demostrado que la seguridad y calidad del tramo Ourense-A Coruña dista mucho de estándares de la Alta Velocidad, la etiqueta que había acompañado a esa línea desde su inauguración. Pero la propia ministra de Fomento ha tenido que admitir después de la tragedia que ese tramo es en realidad de Velocidad Alta, una alteración del orden de los vocablos que sitúa la línea en un escalafón inferior al AVE. Pastor ha insistido incluso en aclarar la terminología para tratar de salvar la imagen de la industria española de Alta Velocidad en el exterior, porque se juega un contrato en Brasil que asciende a 11.000 millones de euros y hay otros concursos en juego en Turquía, Estados Unidos y Kazajistán.

Sin embargo, tanto el anterior Gobierno del PSOE como el actual del Partido Popular, así como el Ejecutivo autonómico gallego, también del PP, habían defendido hasta el día del accidente que el tramo Ourense-A Coruña formaba parte de la red nacional de Alta Velocidad. Nadie precisó el día de la inauguración que la línea sólo era de Velocidad Alta. Y de hecho, Adif sigue vendiendo en su página web oficial que esa vía pertenece a la máxima categoría del sistema nacional de ferrocarriles. Ni PP ni PSOE parece que estén, por ahora, en condiciones de cuestionar la actuación del adversario.
José María Olmo, en El Confidencial

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