jueves, 23 de enero de 2014

JESÚS MONZÓN RECUPERA LA RELEVANCIA ARREBATADA

Ayer habría cumplido 104 años de edad pero, como nunca es tarde si la dicha es buena, la organización navarra del Partido Comunista (PCE) aprovechó las efemérides para rendir un homenaje y restituir así la figura de Jesús Monzón Reparaz, pamplonés nacido en el 25 de la calle Navas de Tolosa, fundador de este partido en Navarra y organizador de las guerillas antifascistas. Pese a dedicar la vida a sus ideales comunistas y ser un líder de primer orden, tal y como expusieron ayer los ponentes, fue denostado y defenestrado por su partido el cual, siendo jerarca Santiago Carrillo, no le perdonó lo que consideró en 1948 "desviaciones personales y morales" de la ortodoxia comunista durante su militancia y haber ostentado cargos como de gobernador civil o secretario del Ministerio de Guerra con Negrín. En 1948, Monzón fue expulsado del PCE y hubo que esperar hasta 1986 (13 años después de su fallecimiento) cuando, siendo secretario general Gerardo Iglesias, se rehabilitó su figura y volvió a ser un héroe y un luchador por la libertad.

Ayer, Maite Mola, responsable política del PCE de Navarra; el catedrático de la Universidad de Pau y experto en memoria histórica y en la historia de la guerrilla en el sur de Francia, Jean Ortiz; el periodista Manuel Martorell, autor de la biografía "Jesús Monzón: el líder comunista olvidado por la historia"; y Fernando Gómez, sobrino y ahijado del homenajeado, destacaron la personalidad y la categoría política, personal y humana de este político navarro que "fue una persona compleja y sin complejos que nació y murió comunista". "Sito -como le llamábamos su familia- era un hombre culto, comunista y educado. Murió en 1973 en el hospital de Bilbao" dijo su sobrino quien destacó el espíritu abierto de una persona que decía "mi querida Euskadi, mi adorada España" y cuyo mejor homenaje "es seguir sus pasos: mirar lo que nos une y no lo que nos separa".

El encuentro, en el hotel Puerta del Camino, arrancó con la proyección del documental sobre la vida de Monzón y siguió con la mesa redonda que abrió Maite Mola para "recuperar su historia y encajar a Jesús Monzón como figura fundamental que fue capaz de reorganizar el PCE en la peor época". Nacido en el seno de una familia de la burguesía pamplonesa, Mola destacó de él "su capacidad intelectual" y "su saber escuchar". La representante del PCE se refirió también a la invasión del Valle de Arán, acción armada más importante para liberar a España de Franco que protagonizaron 6.000 guerrilleros en 1944 sin éxito y que la historia oficial silenció. Fue obra de Monzón, entre otros, y el PCE la cuestionó y catapultó a su líder. Maite Mola señaló que si fue un error "fue porque no había base para la entrada militar" pero eran tiempos convulsos y quienes criticaron la acción, los dirigentes comunistas, "estaban muy lejos de España".

Jean Ortiz centró su intervención en la labor desarrollada por los republicanos españoles huidos a Francia que lucharon contra el fascismo y se pudieron reorganizar, "gracias a personas como Jesús Monzón", para continuar la guerra contra Franco. Subrayó que mientras la cúpula del PCE permanecía en la URSS, los mandos intermedios, entre ellos Monzón y Carmen de Pedro, que sería su amante en esos años, lograron organizar la Unión Nacional de las fuerzas antifascistas y priorizar la lucha contra Franco y el fascismo.

Destacó su papel en la creación de los maquis, "cuerpos de acción armada cuya tapadera la constituían los tajos forestales de leñadores y carboneros. Monzón tuvo un concepto estratégico muy amplio, se puede decir que fue un precursor del eurocomunismo", dijo Ortiz quien también aludió a la elegancia y atractivo, "dandy y mujeriego", que tenía Monzón, así como al celo y temor que Santiago Carrillo, "cuyas memorias son como un queso de gruyere, llenas de agujeros", dijo, pudo tener a que le suplantara, de ahí que le acusara de burgués, ser agente del imperialismo y del franquismo, un provocador y un destructor del partido.

Manuel Martorell explicó que investigar sobre Monzón fue fruto de su indignación al conocer el ostracismo al que el PCE le había condenado. Dijo que, pese a ser "de una familia bien" y ser y estar rodeado de una pléyade de intelectuales, fue el rechazo a la injusticia social lo que acercó a Monzón al socialismo y al compromiso personal.

Destacó de Monzón su capacidad de negociación, que ya demostró en la huelga general de la construcción de 1935, y saber diferenciar lo personal de lo político hasta tal punto que nunca se distanció de sus amistades, aunque militaran en otras opciones políticas, desde nacionalistas hasta liberales. Para Martorell restituir la figura de Monzón es "un acto de justicia y necesario para conocer la historia contemporánea de nuestra tierra". El periodista aludió a otras personas que lo merecen como las hermanas Josefa y Elisa Úriz Pi que participaron en la resistencia y pertenecieron a las brigadas internacionalistas junto a los hermanos Miret (PSUC) que lucharon contra las fuerzas de ocupación alemanas.

Lola Cabasés, en Diario de Noticias

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