viernes, 28 de febrero de 2014

EL JUEVES, EL ÚLTIMO DÍA PARA REGISTRAR LA MOCIÓN DE CENSURA

El ultimátum del PSN para que Yolanda Barcina dimitiera -esos quince días que le dio Roberto Jiménez antes de cumplir la amenaza de «o se va o la echamos»- acaban este lunes. Sin embargo, parece que ahora el plazo del PSN podría estirarse hasta el jueves, puesto que de lo que no parece que haya dudas es de que Barcina no dimite de ningún modo.

La Ejecutiva del PSN se reúne hoy sin testigos y fuentes del partido confirman que será necesaria al menos una reunión más para que la filial del PSOE en Nafarroa fije postura. Y esa reunión solo puede ser del Comité Regional, el máximo órgano del PSN entre congresos.

El comité regional del PSN es incontrolable, ya que a las reuniones importantes suelen acudir más de cien personas. A los tradicionales dos sectores -el oficialista y el de críticos por la izquierda contrarios a Roberto Jiménez- le están saliendo nuevos competidores. Por ejemplo, la agrupación de Iruñea, la más grande de todas, hace tiempo que rompió con Jiménez. Por ello, y por lo enrarecido de la situación actual, el resultado de una reunión como esta puede traer sorpresas. Además, en la reelección de Jiménez como secretario general (cuando todavía funcionaba el Gobierno de coalición UPN-PSN), las cosas empezaban a estar reñidas, venciendo el sector oficialista con tan solo un 60% de los apoyos.

Pese a estos problemas, una resolución del Comité Regional es la única baza que se puede jugar en Nafarroa para hacer frente a una orden directa. Por lo numeroso de su composición, se entiende como el foro más democrático de la filial navarra y rebocar una decisión desde Madrid es complejo, aunque estatutariamente no hay ningún tipo de debate: la decisión compete a Ferraz.

Aun con todo, la Ejecutiva puede condicionar en gran medida el poder del Comité Regional, por ejemplo acotando la decisión a los términos precisos que fije la Ejecutiva. Por otro lado, las decisiones del Comité Regional también deben ser ratificadas por la Ejecutiva.

Todo se complica porque los plazos son ajustadísimos, debido a que el 31 de marzo es el último día para convocar el adelanto electoral. Si no, por una confluencia de leyes, tendría que agotarse la legislatura antes de llamar a las urnas.

Para que una persona que no sea Barcina pueda convocar elecciones tienen que ocurrir muchas cosas. Registrar una moción de censura, tramitarla, celebrar el pleno, ganarlo y que el Boletín Oficial recoja el nombre del nuevo presidente tan solo es la primera parte. Después de eso, el nuevo presidente debería formar gobierno y cuando los consejeros tomen posesión y sus nombres se publiquen en el Boletín Oficial, se debe convocar un Consejo de Gobierno. Entonces y solo entonces, se puede tomar la decisión de adelantar elecciones.

En toda esta maraña, ha emergido también la posibilidad de otra moción de censura. Los periodistas preguntaron a Txema Mauleón, de I-E, si estaría dispuesto a liderar ese Gobierno de transición. Para Ferraz podría ser más cómodo evitar que uno de los suyos sea votado por Bildu y generar menos tensiones. Mauleón no dio una respuesta concreta a la proposición, aunque sí mantuvo que «habrá que hacer lo necesario» y que el único requisito que tienen es que, si se plantea una moción, ha de ser «para ganarla».

Aritz Intxusta, en GARA

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