miércoles, 10 de junio de 2015

SIGUEN DE PATALETA

Han pasado ya dos semanas y siguen de pataleta. Como el boxeador sonado que se resiste a abandonar el ring después del décimo asalto, cuando hace rato que el árbitro ha dado la victoria por puntos al contrincante y las gradas están ya vacías. La reacción de UPN ante la pérdida del Gobierno y ayuntamientos está empezando a rozar el patetismo. En vez de plegar velas y retirarse del escenario con autocrítica y gallardía, están dando el peor de los espectáculos posibles. El peor, no para sus adversarios, en un permanente regocijo con cada salida de tono de los representantes regionalistas, que da idea de la dimensión de su derrota. El peor, digo, para la franja más normal y menos ultra de sus votantes -que la hay-, atónita ante el mal perder de unos líderes a los que considerarían detentadores de cierta elegancia y fair play. ¿Pero es que esta gente no tiene amigos o amigas, esposas o maridos, hermanas o hermanos, que les pongan la mano en el hombro y les susurren al oído “ale, vámonos casa, que estás haciendo el indio”? Parece que no. Parece que ese Esparza del que, como decía el otro día Cervera en Nafar Telebista, hasta ser nombrado candidato nunca nadie le había conocido “ni una mala palabra ni una buena acción”, ha decidido seguir fuera del armario vaticinando el fin del mundo en vez de organizar la retirada ordenada. Si lo de presidente le venía grande, lo de jefe de la oposición quizás todavía más. Lo de Barcina ya ni sorprende, porque sus cuatro años al frente del Gobierno, tal vez el peor desde que Navarra es Comunidad Foral, han sido sobre todo eso, una permanente salida de tono. Calladita durante las elecciones para no recordar a la gente su deplorable gestión, no hace más que volver a donde solía. Que aproveche el tiempo que le queda. Dicen que ha dado ya su nombre en el mismo club de jubiladas que la Aguirre y la Barberá.
Aingeru Epaltza, en Diario de Noticias

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