lunes, 16 de mayo de 2016

EL SONIDO DE LA GAITA SE IMPLANTA EN LARRAGA

Hay sonidos que nos acompañan toda la vida y el de la gaita es uno de ellos. Desde bien pequeños aprendemos a asociar su melodía con todo lo que huele a fiesta. Su música está tan arraigada en Navarra que no se concibe, por ejemplo, la actuación de una comparsa de gigantes sin su acompañamiento. También ameniza bailes tradicionales, cualquier acto cultural que se precie, dianas, sobremesas, etc. No es de extrañar, por tanto, que varios vecinos de Larraga decidiesen en octubre del año pasado crear un grupo para “cubrir el hueco musical” existente en la localidad, explica Álex Arizmendi Martínez de Morentin, uno de sus impulsores junto a Christian Azcona Casas . Y es que hasta ahora el municipio se veía obligado a contratar a gaiteros externos, de Pamplona, Tafalla o Puente la Reina/Gares, para amenizar los distintos festejos.
“Llevábamos años dándole vueltas, hasta que el año pasado decidimos dar el paso y crear la escuela” comenta Arizmendi, que como otros componentes del grupo llevaba un par de años desplazándose hasta Barañáin para recibir formación en la escuela de Ezpelur. “Aunque en un principio pensábamos que la respuesta iba a ser más grande, estamos contentos porque ha surgido un grupo majo” subraya Tomás Díaz Peñalba, profesor de Ezpelur que lleva 44 años tocando el instrumento y que actualmente imparte clases en Elizondo, Barañáin y Larraga.
En concreto componen el grupo de Gaiteros Gaztelu de Larraga, en alusión al castillo que coronaba el monte en el que se asienta el municipio, diez personas en edades comprendidas entre los 6 y 45 años: Álex Arizmendi Martínez de Morentin, Sergio Alonso Castro, Alejandro Vidarte Marco, Salomón Sanz Zufía, los hermanos David y Óscar Sanz Arancón, Imanol Urabayen Fernández, Christian Azcona Casas, Garat Gaztelu Arbunies y Javier Fernández Olcoz. “Pensamos en un nombre representativo como carta de presentación”, señala Arizmendi no sin antes explicar que se han constituido como asociación por si en un futuro pudieran percibir alguna ayuda económica del consistorio.
Los integrantes del grupo, la mayoría con escasos conocimientos musicales, valoran muy positivamente la experiencia a pesar de que “hay que meter horas” aseguran. Para Salomón Sanz, igual que para el resto, “el mayor problema es que todos trabajamos y hay que sacar tiempo de donde se puede”. En este sentido, Tomás Díaz, que como músico profesional persigue “dignificar el instrumento”, hace hincapié en la dificultad que entraña aprender a tocar la gaita. “La gente piensa que como se trata de un instrumento popular es sencillo, pues todo lo contrario. Es uno de los más difíciles porque apenas ha evolucionado. Se ha perfeccionado en la construcción, pero sigue siendo un instrumento de madera con agujeros donde tienes que afinar con la boca. Por si fuera poco, es un instrumento de doble caña, por lo que la dificultad es muy grande. La afinación es la clave y en ella influyen tanto las inclemencias meteorológicas como el estado de ánimo del músico” apunta.
Preguntado por las cualidades que debe tener un buen gaitero, Díaz diferencia entre aquellos que quieren empezar a tocar el tambor, para quienes es fundamental “tener un sentido del ritmo desarrollado”, o la gaita, siendo en este caso necesario “tener un mínimo de conocimientos musicales”. El mayor inconveniente, según Díaz, es sin embargo el propio sonido de la gaita, que debido a su estridencia impide ensayar en cualquier lugar y a según qué horas. Pese a ello, “siempre se pueden encontrar espacios y momentos” asegura el profesor. El vivo ejemplo son los hermanos David y Óscar que, por si fuera poco, comparten afición con su padre. Los txikis tocan el tambor, mientras que su aita practica la gaita y aunque reconocen que en casa “vuelven loco al personal”, para ellos es más importante pasar un buen rato en familia.
Ataviados con pantalón oscuro, camisa blanca, pañuelo rojo y txapela negra, su primera actuación tuvo lugar en Navidad, fecha en la que tocaron varios villancicos. Además, salieron a la calle en Carnaval y a primeros de mayo coincidiendo con la festividad del Santo Cristo del Socorro. Asimismo, harán lo propio en la fiesta de la Vaca Brava, en las patronales de agosto o en la semana cultural de septiembre.
Lejos de ser un grupo cerrado, los Gaiteros Gaztelu de Larraga siguen abiertos a nuevas incorporaciones tanto del propio municipio como de pueblos de alrededor. En este sentido animan a los vecinos y vecinas de Berbinzana, Mendigorría, Oteiza o Lerín a inscribirse en la escuela. Por último, concretar que este grupo suele ensayar los domingos de 12.00 a 13.30 horas en los antiguos cines de la localidad. Los interesados pueden ponerse en contacto con ellos a través del correo electrónico gaiterosgaztelularraga@hotmail.com o mediante su página de Facebook.

Diario de Noticias

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